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10 modales específicos que tus hijos deben conocer

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Si lo hemos escuchado una vez, lo hemos escuchado mil veces. Dice así: Los jóvenes de hoy simplemente no tienen modales. Cuando yo era joven, los niños eran más educados. Un poco de respeto podría llegar muy lejos. Los buenos modales de los niños no son automáticos ni se desarrollan sin una enseñanza y un modelado deliberados por parte de los adultos. Es nuestra responsabilidad «formar a los niños en el camino que deben seguir», como sugiere el proverbio.

Aquí está la recompensa: Una vez aprendidos, los buenos modales hacen la vida de todos más agradable. Y una ventaja adicional: si tus hijos tienen modales bien practicados, serán los primeros en ser contratados cuando llegue el momento de ir a trabajar, y probablemente tendrán más éxito en el trabajo. Las sociedades que funcionan a un alto nivel se llaman civilizaciones por una razón; el civismo es un requisito previo. Del mismo modo, las familias que aprenden a practicar los buenos modales no sólo funcionan sin problemas en el exterior, sino que experimentan más aspectos positivos y una reducción de los conflictos internos. Es un resultado directo del civismo practicado.

Así que vamos a hablar de 10 buenos modales que los niños deben conocer:

Poner a los demás en primer lugar.

Este podría ser el único punto que tenemos que señalar porque está en la raíz de todos los demás. Este principio se manifiesta en sujetar las puertas, hacerse a un lado, ofrecer la última galleta, ceder el asiento, cambiar una rueda, llevar la compra y ofrecer una mano.

Protocolo de cortesía con el teléfono.

Este punto podría tener su propia lista. Apaga el teléfono durante las comidas, las películas, las clases y las conversaciones. Esto incluye los mensajes de texto. En definitiva: Presta el 100% de atención a las personas con las que estás físicamente. Tu teléfono tiene una función de correo de voz, úsala.

Nota de agradecimiento.

Hay dos tipos de personas en este mundo: Las que escriben notas de agradecimiento por regalos u ocasiones especiales y las que no lo hacen. Enseña a tus hijos a escribir notas de agradecimiento y habrán entendido un concepto fundamental. No es necesario nada elaborado, pero el efecto es siempre memorable.

Abre la puerta a los demás.

Contrariamente al mito popular, esta no es una práctica machista. Los portadores de puertas abren a sus compañeros, a sus madres, a sus padres y a los desconocidos. También ceden la acera y aguantan el ascensor. No hay quien les pare. Los buenos modales siempre dicen: «Después de ti».

Usa el gracias y el de nada de forma rutinaria en la conversación.

Simple pero poderoso. Ayuda a los niños a convertirlo en un hábito. Esto es algo que debe modelar usted.

Dar la mano y hacer contacto visual.

Enseñe a los niños a dar la mano, a hacer contacto visual y a ofrecer una palabra de bienvenida cuando conozcan a gente nueva o cuando otros visiten la casa. Puede ser un tópico decir que las primeras impresiones causan un gran impacto, pero es un tópico porque es cierto.

Enseña a que se ofrezcan a servir a las personas que entran en tu casa.

Haz que sea una rutina. ¿Puedo coger su abrigo? Quiere un vaso de agua? Permítame tomar sus bolsas. Las personas que nos visitan son nuestros invitados. Esta es una lección clave, independientemente de la edad del niño.

Ponte de pie cuando un anciano entre en la habitación.

Muchos adultos han olvidado esta joya. Es una muestra de respeto sin importar nuestra edad. Abuelos. Tíos y tías. Los profesores. Cualquier visitante del hogar. Enseña a los niños a ponerse de pie como señal de respeto.

Ser educado con las personas que sirven.

Esto significa hacer contacto visual y apagar el teléfono cuando se habla con la cajera en el restaurante de comida rápida o en el supermercado. Significa ser respetuoso con el camarero del restaurante. Significa dar las gracias cuando te den comida o cambio. Intenta dar las gracias al conductor del autobús por llevarnos a casa o a un soldado por servir a nuestro país.

Practica los modales en las comidas familiares.

Las cenas familiares pueden ser un escenario perfecto para los modales. Demostrar, practicar, modelar, preguntar, incitar. Sin televisión, sin teléfonos y sin distracciones de la interacción educada. Por favor, pásame las patatas. Gracias. ¿Puedo servirte eso? Mamá, ¿te sirvo un vaso de agua? La unidad familiar es el lugar más importante para aprender las gracias sociales y la hora de la comida en familia es quizás nuestra mejor oportunidad.

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