Un triunfo del diseño regenerativo, el 747 Wing House recicla componentes de avión en formas poéticas de tejado. El Boeing estaba destinado al montón de basura antes de que S.E.A. lo interceptara y lo reimaginara como arquitectura. Las alas y los estabilizadores de la cola se diseñaron previamente como estructuras autoportantes, lo que los convierte en perfectos perfiles de tejados ligeros de gran envergadura. El proyecto representa el compromiso de S.E.A. de maximizar la longevidad de los ciclos de vida de los edificios y productos de forma novedosa.
Una tradición de reutilización radical define el histórico genius loci del lugar. La propiedad de cincuenta y cinco acres forma parte de la histórica finca de Tony Duquette, definida por diversas locuras que el escenógrafo de Hollywood construyó con chatarra industrial reutilizada. Continuando con ese legado, está previsto que otras partes del Boeing 747 se conviertan en nuevos pabellones y esculturas alrededor del lugar. La Wing House es, por tanto, una respuesta artística al legado de Duquette para el siglo XXI.
Se conservaron muchas de las plataformas y muros de contención anteriores para minimizar el impacto del proyecto en el paisaje. El edificio principal utiliza un ala así como los estabilizadores de cola para el tejado, mientras que la casa de invitados está cubierta por el ala restante. Los techos parecen flotar gracias a la utilización de marcos de refuerzo de acero que se conectan estratégicamente a los puntos de las alas en los que antes se montaban los motores. Esto libera las paredes exteriores para que sean de cristal autoportante sin marco, de suelo a techo, proporcionando unas sublimes vistas panorámicas de la montaña Boney y el valle de Serrano
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