Una de las frutas más versátiles, el conocimiento común afirma que el albaricoque fue cultivado originalmente en China, hasta que los persas lo descubrieron. También se discute que se originó en Armenia, ya que la fruta se ha cultivado allí desde la antigüedad. Fue cuando la fruta llegó al Mediterráneo cuando salió a la luz su verdadera popularidad. Se atribuye a los exploradores españoles el mérito de haber introducido la fruta en América, donde hoy prospera. Y hay otra corriente de pensamiento que afirma que el albaricoque ya crecía en la India en el año 3000 a.C. Dejando a un lado las controversias, nadie niega los beneficios del albaricoque. De hecho, es tan popular crudo como cocinado. La versión deshidratada de esta fruta es muy apreciada en todo el mundo, y de hecho constituye una parte importante del comercio mundial de Irán. Países como Turquía, Italia, Rusia, España, Grecia, Estados Unidos y Francia se consideran los principales productores de albaricoques. Esta fruta carnosa de color amarillo-naranja es una cosa bastante curiosa. Los diminutos pelos de la piel exterior le confieren una textura suave y peluda, y puede comerse sin necesidad de pelarlo. También es una de las frutas más saludables del mundo, con muchos beneficios. Se dice que 100 gramos de albaricoques frescos aportan el 12% de la vitamina C, el 12% de la vitamina A y el 6% del potasio que necesita el organismo, todo ello con menos de 50 calorías. Dicho esto, conozcamos los beneficios del albaricoque.
Aquí tienes 8 increíbles beneficios del albaricoque (khubani) que debes conocer:
1. Buena fuente de vitamina A
Los albaricoques están repletos de vitamina A, que también se conoce como retinol. Es soluble en grasa, y ayuda en la mejora de la visión, entre otras cosas. Además, mantiene a raya el sistema inmunitario y protege la piel. El retinol y el betacaroteno (también presente en los albaricoques) también reducen las posibilidades de que desarrolles un grave trastorno relacionado con los ojos llamado DMAE neovascular, una degeneración macular relacionada con la edad que provoca la pérdida de visión con el paso de los años.
Ricos en fibra
Ya sea que lo comas seco, o fresco, los albaricoques son una buena fuente de fibra dietética. Dado que el retinol en el albaricoque es soluble en grasa, la fruta se disuelve en el cuerpo fácilmente, y los nutrientes importantes son fácilmente absorbidos por el sistema. Además, descompone rápidamente los ácidos grasos, lo que significa que su digestión está en orden. Y no sólo eso, la fruta te protege de los problemas gastrointestinales limpiando los intestinos regularmente.
3. Bueno para tu corazón
Dado que la fruta es alta en contenido de fibra, ayuda a reducir el contenido de colesterol malo en el cuerpo, y eso significa que tu corazón está protegido. Y al mismo tiempo, aumenta el colesterol bueno. Además, el contenido de potasio en la fruta equilibra los niveles de electrolitos en nuestro sistema, manteniendo los músculos del corazón en orden. Sólo tienes que comer uno o dos albaricoques frescos cada día, o un puñado de secos.
4. Cofre del tesoro de antioxidantes
Los albaricoques maduros son fuentes naturales de antioxidantes. Cuando se consumen a diario, ayudan al cuerpo a deshacerse de las toxinas que tendemos a acumular con el tiempo. A su vez, los antioxidantes también eliminan los radicales libres que dañan nuestras células.
5. Bueno para tu sangre
Cualquier producto vegetal que contenga hierro tiene hierro no hemo, y eso incluye al albaricoque. Este tipo de hierro tarda en ser absorbido por el cuerpo, y cuanto más tiempo permanezca en el sistema, mejores serán sus posibilidades de prevenir la anemia. Se recomienda tomar algo de vitamina C junto con él para asegurar una mejor absorción del hierro no hemo.
La fruta con centro de semillas.
6. Bueno para la piel
La combinación de vitamina C, A y fitonutrientes asegura una buena piel. Y ¿sabías que los antioxidantes del albaricoque también retrasan el proceso de envejecimiento? Así que, además de un buen régimen de cuidado de la piel, no te olvides de comer algunos albaricoques cada día.
7. Es amigable con la dieta
La fibra dietética de la fruta mejora tu sistema digestivo, lo que ayuda a aumentar tu metabolismo. Y se suele recomendar comer unos cuantos albaricoques como tentempié cuando se tiene hambre, especialmente si se está a dieta. Te llenan pero no añaden calorías innecesarias. Sin embargo, recuerda que debes enjuagarte la boca después de comer la versión seca. Las frutas secas contienen más azúcar, y no querrás que eso afecte a tu salud dental.
8. Fortalece tus huesos
El calcio es muy necesario en la formación y desarrollo de los huesos, y el albaricoque tiene mucho. Lo que también es interesante es que sin suficiente potasio en el cuerpo, el calcio no se absorbe y se elimina de manera uniforme. Y la buena noticia es que el albaricoque tiene ambos!