17.05.2019
Sin ofrecer más detalles sobre los resultados de la investigación, las autoridades basaron su conclusión en los datos aportados por las cajas negras y el resultado del análisis de los parámetros técnicos del vuelo.
Casi un año después de un trágico accidente aéreo en Cuba en 2018, la comisión investigadora oficial concluyó que la tragedia que dejó 112 muertos fue provocada por la tripulación al calcular el peso y balance de la nave.
«La causa más probable del accidente fueron las acciones de la tripulación y sus errores en los cálculos de peso y balance, que conllevaron a la pérdida de control y desplome de la aeronave durante la etapa de despegue», determinó la comisión, según informó este jueves (16.05.2019) el Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba (IACC).
La aeronave, un Boeing 737-200 de la aerolínea mexicana Damojh S.A.(Global Air), era fletada con su tripulación a la estatal Cubana de Aviación y cubría la ruta La Habana-Holguín (este). Fabricado en 1979, según el gobierno mexicano, el avión había superado su última revisión en noviembre de 2017.
A causa del accidente perecieron 101 cubanos, los seis tripulantes mexicanos y cinco pasajeros extranjeros: dos argentinos, un mexicano y dos saharauis. El avión cayó a tierra el mediodía del 18 de mayo de 2018 muy cerca del aeropuerto José Martí de la capital cubana, poco después de despegar.
Inicialmente sobrevivieron tres mujeres, pero dos de ellas fallecieron durante la atención hospitalaria. Sólo una pasajera, Mailén Díaz Almaguer, entonces de 19 años, está viva y se recupera después de un largo tratamiento médico.
ct (afp/efe)
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El 80% de las casas están a la venta en La Habana. A diferencia de otras ciudades, la capital cubana tiene un punto de encuentro entre compradores y vendedores: el Prado. ¿Qué hacen entonces? Recurren a carteles para anunciar la vivienda, como este de Cienfuegos.
Sábado por la mañana. Potenciales compradores, propietarios e intermediarios se reúnen en la esquina del Paseo del Prado con Colón, en La Habana, en busca de ofertas.
La gente publicita sus ofertas con carteles hechos a mano. Comprar una casa con un salario público es una tarea casi imposible, ya que se necesita muchísimo dinero para adquirir una propiedad. Oficialmente, los extranjeros no pueden comprar casas, pero pueden hacerlo poniendo el nombre de un cubano en las escrituras.
Milagro Socaraz Arazora, que vive con sus dos hijos y su madre en La Habana Vieja, quiere vender su casa por 40.000 pesos cubanos convertibles (34.000 euros) y comprar una más barata por 15.000 en las afueras de la capital. Con la diferencia quiere viajar al extranjero y empezar un negocio de importaciones y exportaciones.
Alamar, a unos 15 killómetros del centro de La Habana, es un distrito con viviendas más baratas. A menudo, la gente vende sus casas en el centro como medio para conseguir dinero. Antes de 2012, los cubanos solo podían intercambiar sus casas. se aplicaba el valor establecido en los primeros años de la Revolución, así que los contratos tenían un valor de menos de 100 dólares.
Jorge (name ficticio) trabaja como permutero (intermediario). Se pasa el día recorriendo las calles en busca de casas en venta. No puede permitirse pagar una licencia, ya que las tasas gubernamentales son demasiado altas. Si logra llevar a cabo un intercambio de casas, se lleva una pequeña cantidad de cada una de las partes. Y si logra una venta, le dan el 5% del precio.
Los usufructos son habitaciones o espacios donados por el Gobierno donde la gente puede vivir gratuitamente. Ya que no hay derechos de propiedad, no pueden venderse. Oficialmente. No obstante, este propietario quiere cobrar 7.000 pesos cubanos convertibles a los potenciales combradores. Se registrará en el censo el cambio de dirección, pero no se firmará contrato alguno ante un notario.
Con 79 años, Mario Díaz es uno de los intermediarios de mayor edad del Prado. Necesita el dinero, ya que su pensión pública no le da para vivir. vendió su última casa en septiembre. Y la anterior, en noviembre de 2017.
Aunque las casas se vendían de forma clandestina antes de 2012, la legalización del mercado de la vivienda ha provocado que más gente venda su casa y se mude. Los precios reales no corresponden con el valor de referencia. Y es que el mercado y sus participantes confían en el acuerdo de palabra.