La cuestión central planteada en este artículo es: ¿puede el estrés causar depresión? Dicho con más precisión: ¿puede el estrés causar alteraciones cerebrales que se cree que subyacen a (ciertas formas de) depresión o a componentes particulares del síndrome depresivo? Centrándonos en la 5-hidroxitriptamina (5-HT) y en las hormonas del estrés, se ha respondido afirmativamente a esta pregunta, basándose en las dos consideraciones siguientes:
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Los cambios en los sistemas de la 5-HT y de las hormonas del estrés producidos por el estrés sostenido imitan en gran medida las alteraciones de estos sistemas que pueden observarse en la depresión.
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Hay pruebas sustanciales que indican que las alteraciones de las hormonas 5-HT y del estrés en la depresión tienen una importancia fisiopatológica y no son simplemente una consecuencia del estado depresivo o un producto del estrés generado por el estado depresivo.
Además, se planteó la cuestión de si se podía identificar un tipo de depresión particularmente inducible por el estrés. También se respondió afirmativamente a esta pregunta. El tipo de depresión en cuestión se denominó depresión impulsada por la ansiedad/agresión y se caracterizó en tres niveles: psicopatológico, biológico y psicológico. Se discutió el tratamiento preferencial de este tipo de depresión.
Al estudiar la depresión inducible por estrés, la investigación de la depresión biológica debería cambiar el enfoque de la depresión per se a las secuelas neurobiológicas del estrés. El tratamiento de las depresiones inducibles por el estrés y, en particular, su prevención, debería orientarse hacia la reducción del estrés y de la sensibilidad al mismo, utilizando medios tanto biológicos como psicológicos.