Se pensaba que el epitelio de transición era un tipo intermedio de epitelio, una «transición», entre el epitelio escamoso estratificado y el epitelio columnar estratificado. De ahí el nombre de transicional. Pero no lo es. El epitelio transicional es un epitelio estratificado con un número variable de capas celulares (de 2 a 6), que son irregulares en su grosor y en la posición de los núcleos. El epitelio de transición también se denomina urotelio porque recubre los conductos urinarios, como los cálices renales (2 capas celulares), los uréteres (3 a 5 capas celulares) la uretra (4 a 5 capas celulares) y la vejiga urinaria (hasta 6 capas celulares). Es poco permeable a las sales y al agua, y actúa como barrera osmótica entre la orina y los tejidos.
Una de las principales características del epitelio de transición es su capacidad para estirarse y recuperar la forma original. Por ejemplo, durante el llenado o vaciado de la vejiga urinaria. Se puede observar que las células de la capa superior están a veces aplanadas (estiradas) y a veces redondeadas (relajadas). Estas células muestran una parte apical más gruesa, que se conoce como placa. Las placas son las responsables de la superficie rugosa del epitelio de transición cuando la vejiga urinaria está vacía, como puede observarse en la superior de las dos imágenes anteriores. Algunas de las células de la capa superior son binucleadas (imagen pequeña de la derecha) y la mayoría de ellas contienen núcleos poliploides. Además, envían procesos celulares que contactan con la lámina basal. En las capas basales, las células son más pequeñas y abundantes, pero aumentan de tamaño a medida que avanzan hacia la capa superior. No hay interdigitaciones con el tejido conectivo, como se observa en otro tipo de epitelios estratificados, y la lámina basal es plana.
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