Batalla de Puebla, (5 de mayo de 1862), batalla librada en Puebla, México, entre el ejército del gobierno liberal encabezado por Benito Juárez y las fuerzas francesas enviadas por Napoleón III para establecer un estado satélite francés en México. La batalla, que terminó con una victoria mexicana, se celebra en el calendario nacional de fiestas mexicanas como el Cinco de Mayo.
La ruta tomada por los franceses hacia la capital estaba bloqueada por la ciudad fortificada de Puebla. Intempestivamente, el general francés Charles Latrille Laurencez ordenó un asalto frontal por el escarpado Cerro de Guadalupe contra la posición mexicana, que estaba fortificada por un foso y un muro de ladrillos. Los mexicanos, al mando del general Ignacio Zaragoza, rechazaron a los atacantes, que perdieron unos 1.000 hombres y se retiraron a la costa. El mérito de la victoria mexicana es compartido por un joven oficial (y futuro presidente), el general de brigada Porfirio Díaz, que logró hacer retroceder un flanco del ejército francés invasor.
En marzo siguiente, el general francés Élie-Frédéric Forey, con refuerzos de Francia, sitió Puebla. Sus aproximadamente 30,000 defensores, comandados por Gonzáles Ortega, después de haber agotado todas las municiones y alimentos, se rindieron; la mayoría fueron enviados a Francia como prisioneros. El 2 de abril de 1867, Díaz retomó la ciudad, poniendo fin a la ocupación francesa. La fiesta del Cinco de Mayo simboliza la determinación de México de frustrar la agresión extranjera.