Cuando la mayoría de nosotros pensamos en nuestro tiempo en la ducha, nos imaginamos un oasis donde podemos conseguir un poco de paz y tranquilidad para equilibrar nuestro agitado día. Para desestresarse, algunas personas disfrutan de los cabezales de ducha de masaje o del champú y el jabón perfumados, mientras que a otras les encanta exfoliar su piel con una esponja vegetal o un puf de baño. Sin embargo, este accesorio de ducha tan común suele ser un puf de plástico de colores. Con todos los residuos de plástico que se acumulan en nuestros océanos y vertederos, sólo pensar en tu estropajo puede acabar con la calma que estabas deseando en la ducha.
Loofahs vs. Poufs
Aunque el término estropajo se utiliza comúnmente para describir el popular accesorio de ducha que utilizamos para enjabonarnos y exfoliar nuestra piel, en realidad hay una diferencia entre un estropajo y un puf de baño.
El puf está hecho de materiales sintéticos de colores que se juntan en secciones de malla en bucle para crear una bola esponjosa. Tiene una gran superficie en la que el limpiador y el agua pueden mezclarse para crear espuma durante el baño. Los pufs proporcionan cierta exfoliación pero son mucho más suaves que los estropajos.
El problema de los pufs de baño cuando se trata del medio ambiente es doble. En primer lugar, estos productos de plástico acaban siendo desechados, lo que significa que en última instancia permanecerán durante cientos o incluso miles de años en un vertedero. O lo que es peor, podrían acabar en una vía fluvial como el océano. En segundo lugar, el material plástico del que están hechos puede ser perjudicial para nuestra salud. Las microfibras del plástico se van por el desagüe cada vez que lo usamos y entran en la fuente de agua local. Algunos de los materiales utilizados para fabricar los pufs pueden contener ingredientes cancerígenos, que pueden aparecer tanto en nuestro cuerpo como en el agua potable.
En cambio, los auténticos estropajos están hechos de materiales naturales, no de plástico. Provienen del fruto de la planta tropical Luffa aegyptiaca, también conocida como calabaza esponja o pepino egipcio. Son calabazas secas de color verde intenso que contienen una gran red de fibras en forma de tubo dentro de una gruesa piel exterior y que, básicamente, parecen un pepino gigante. La planta luffa es originaria de la India y también se cultiva comercialmente en China, Corea, Japón y América Central. La parte interior de la planta que utilizamos para bañarnos -la lufa- tiene una textura más áspera que la del puf, lo que proporciona una mayor exfoliación. Suelen ser de color blanquecino y de tacto áspero.
Alternativas ecológicas
Si no quieres arruinar tu momento zen en la ducha, puedes probar algunas alternativas sencillas a los tradicionales pufs de plástico para el baño.
Elige un estropajo natural. Prescinde del plástico y elige un estropajo natural hecho de la planta luffa. Estas plantas se pueden volver a cultivar, lo que las hace especialmente sostenibles. Lo mejor de todo es que se pueden convertir en abono cuando hayas terminado de usarlas. Sólo tienes que buscar estropajos naturales en Amazon y podrás encontrar un montón de opciones de buena reputación.
Cultiva la tuya propia. Lo creas o no, puedes cultivar tu propia lufa en tu jardín. Las calabazas Luffa son un primo de las calabazas, los pepinos y los melones. Aunque es una planta tropical, se puede cultivar en todo Estados Unidos durante el tiempo cálido. Según Good Housekeeping, las luffas crecen bien a pleno sol y en suelos húmedos. Pueden llegar a medir hasta 9 metros y tienen vides largas y sinuosas, por lo que necesitarás un espacio amplio para cultivarlas. Puedes comprar semillas de luffa en línea o probar en tu vivero o centro de jardinería local.
Prueba una esponja de konjac. Otra opción de exfoliante natural es la esponja de konjac. Está hecha de la raíz de konjac, un vegetal de raíz porosa que crece en Asia. Se sabe que son muy suaves y pueden utilizarse incluso en pieles sensibles. Vienen en una variedad de colores dependiendo de sus ingredientes. Las esponjas grises oscuras contienen carbón vegetal, las verdes tienen té verde o arcilla verde, y las blancas contienen arcilla de caolín. Son 100 por ciento biodegradables y pueden ser compostadas.
Busca las recicladas. Si prefiere el tacto del puf de plástico, compre los que están hechos de malla de plástico 100 por ciento reciclado. Sólo asegúrese de leer siempre la etiqueta y de elegir marcas fiables. Un ejemplo es el EcoPouf, fabricado con materiales reciclados y que también se puede reciclar una vez que hayas terminado de usarlo. La empresa recomienda que simplemente se desprenda la cuerda y se tire a la papelera de reciclaje.
Cómo cuidar tu esponja o puf
Cuando nos restregamos la piel con una esponja natural o con un puf sintético 100% reciclado, la piel muerta se desprende y queda atrapada en el material fibroso o en la red de malla. Si esto se combina con las condiciones cálidas y húmedas del baño, existe la posibilidad de que se formen bacterias. Si no se limpian y cuidan adecuadamente, puedes acabar con una erupción o incluso con una infección por estafilococos.
Los expertos en dermatología y los fabricantes recomiendan desechar los estropajos y pufs después de 2 o 3 meses. Si notas olor, crecimiento de moho o cambio de color antes de ese plazo, entonces tíralo.
Aquí tienes algunos consejos para mantener tu estropajo o puf limpio y que te dure el mayor tiempo posible:
- Aclarar bien con agua y jabón después de cada uso.
- Manténgalo al aire libre para que se seque completamente, pero no en su cuarto de baño cálido, húmedo y mojado. Para reducir la humedad en tu baño, abre una ventana.
- No lo guardes en un lugar cerrado como un cajón. Es necesario que se ventile para que se seque correctamente.