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Uno de los mayores miedos que puede tener una persona es la pérdida de control de sí misma. El otro es el miedo a lo desconocido. Para muchos con autismo, lo desconocido puede desencadenar una pérdida de control. Un gran miedo lleva a otro.

Hay muchas fuentes por ahí que te dirán por qué hacemos lo que hacemos. (Yo tengo autismo). Los artículos explicarán por qué no podemos manejar el cambio. Los oradores expresarán el proceso de transición. Los formadores enseñarán la necesidad de la programación y la rutina. Sin embargo, llega un momento en el que ninguna de estas sugerencias es útil, y la crisis sigue produciéndose. Al igual que un ataque, puede surgir de la nada, y puede ser muy aterrador y traumático para la persona autista (así como para los demás que la rodean). Especialmente cuando la causa de la crisis es desconocida. Es aterrador!

Puede que estés muy acostumbrado a las crisis que puede tener tu hijo o hijo adulto (o amigo, o compañero de trabajo). Sin embargo, una crisis nerviosa puede tener un aspecto muy diferente en otra persona. Las crisis pueden parecerse a cualquiera de estas acciones: retraimiento (donde la persona se desconecta, mira fijamente al espacio y/o tiene partes del cuerpo que hacen movimientos repetitivos) o angustia externa (llanto incontrolado, gritos, pisotones, acurrucarse en una bola, gruñidos, etc.). Dado que tiene experiencia con el autismo, puede ofrecer ayuda a esa persona angustiada.

Estrategias para las crisis del autismo

Es posible que haya leído o escuchado sobre niños con autismo que tienen crisis y extraños amables que responden con el apoyo adecuado. Hubo un relato de un niño que se debatía en un aeropuerto por el retraso de un vuelo. El retraso rompió la rutina y las expectativas y causó estrés al niño, que ya sentía estrés por estar en una situación diferente. Las entradas del aeropuerto bombardearon los sentidos con sonidos, olores, vistas… y el cerebro ya estaba sobrecargado tratando de filtrar todos esos sentidos para que el niño pudiera funcionar. Un amable desconocido se acercó al niño y le dio órdenes suaves y sencillas para ayudar a calmarlo, además de proporcionarle sensibilidad y respeto.

Una crisis nerviosa es aterradora y solitaria. El cerebro de una persona autista ya está en hipervelocidad cuando los sentidos entran en juego. Por lo tanto, un cambio en la rutina puede ser suficiente para inclinar la balanza en la entrada de los sentidos y provocar el meltdown. Es como un ordenador que se congela porque se producen demasiados procesos a la vez. ¿Qué hay que hacer con un ordenador? Apagar o anular manualmente algunas funciones. Lo mismo ocurre con una persona que tiene una crisis. Dejemos que descanse, que tenga tiempo para enfriarse, y/o que anule manualmente sus procesos con una retroalimentación verbal básica.

Muchos sugieren acercarse a una persona que tiene una crisis con gentileza y órdenes simples. Dado que en la mente pasan muchas cosas mientras está en hipervelocidad, sólo se pueden comprender las órdenes sencillas. Hablar demasiado puede alargar una crisis grave de autismo, no detenerla. Hablar demasiado puede suponer demasiada información adicional y demasiadas cosas que procesar.

Otras formas de calmar a una persona en crisis: dale tiempo a solas para que la crisis siga su curso. Asegúrate de mostrarles respeto. Una persona en meltdown está sintiendo un trauma al perder el control de sí misma. No es lo que hace la gente «normal», y es vergonzoso, frustrante y horroroso. Si puedes minimizar la adición de cualquier aportación negativa, inténtalo. Está bien si usted mismo siente conmoción u horror, simplemente no lo demuestre.

Para usted, ciertamente puede parecer horripilante y extraño. Para la persona autista, es simplemente horripilante. Hagas lo que hagas para ayudar, recuerda lo difícil que es para ellos. Muestra respeto antes que nada. Deja espacio y da órdenes sencillas y claras si responden (o si necesitan estar seguros). Por último, intenta que no se sientan solos.

Mary Janca fue diagnosticada de Trastorno del Espectro Autista a los 33 años tras años de luchas, entre ellas la de intentar encajar su yo único en varios moldes. Trabaja como profesora de secundaria y entrenadora de estudiantes con todo tipo de habilidades sociales y de aprendizaje (incluso con TEA). Tiene una maestría en educación especial, una licenciatura en antropología cinematográfica y certificaciones de enseñanza en varias materias. Le gusta hacer ejercicio, viajar, aprender, la gente, la lectura y el arte. Ella da la bienvenida a los correos electrónicos en [email protected] y el contacto en Facebook para las preguntas o para hacer una conexión!

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