La formación de bolsas bajo el párpado inferior de los ojos es un problema estético cada vez más frecuente, que puede tener múltiples causas: retención de líquidos, mala alimentación y dormir mal o falta de descanso, además de una predisposición genética. A diferencia de las ojeras, que se caracterizan por el oscurecimiento de la zona que rodea el ojo, las bolsas en los ojos son una hinchazón de la parte inferior de los ojos. Se pueden prevenir e incluso tratar con métodos caseros o cosméticos, pero también puede llegar a ser necesaria la cirugía para eliminarlas.
Por lo general las bolsas en los ojos son más perceptibles por la mañana al levantarse, especialmente si no se ha dormido bien y dado que es el momento en el que la retención de líquidos es mayor. Como rutina conviene masajear la zona con los dedos para activar la circulación y si es con una crema antibolsas aún mejor. También se puede aplicar frío, ya que ayuda a bajar la hinchazón. Reducir la ingesta de sal ayuda asimismo a evitar la retención de líquidos. Precisamente, una dieta rica en frutas y verduras y pobre en sal tendrá una función preventiva, al igual que un descanso de al menos siete horas de sueño por las noches.
Pero si todo esto no surte efecto y se tienen unas bolsas de ojos acusadas y permanentes, queda el último recurso: la cirugía, utilizando una técnica que se conoce con el nombre de blefaroplastia. Es una intervención con un alto grado de seguridad. Primero se procede a eliminar la grasa, los líquidos y otras sustancias que puedan haberse acumulado en las bolsas, lo que reduce de forma inmediata la hinchazón. Posteriormente, siempre que la piel haya adquirido flaccidez, se estira y se recorta la sobrante por un procedimiento que no dejará cicatrices.