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Cómo salvar una tomatera regada en exceso o en defecto

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¿Has estado cuidando tus tomateras en crecimiento durante todo el verano y ahora parecen un poco marchitas y caídas? No hay nada peor que ver a tu jardín sufriendo por exceso o por defecto de riego. Por suerte, ¡siempre hay algo que puedes hacer para salvar tus plantas!

¿Cómo salvar una tomatera regada en exceso o en defecto?

  • Una tomatera regada en exceso muestra signos de podredumbre y moho y, para salvarla, tendrás que sacarla del suelo y tratar sus raíces antes de trasplantarla.
  • Si una tomatera sufre de subacuación, mostrará hojas marchitas, con manchas marrones y secas, y es posible que necesite una rehidratación a fondo.
  • Estos consejos son un punto de partida para que tu planta recupere su mejor forma en poco tiempo. Sin embargo, hay un poco más de información que puede ayudarte a tratar tu planta con prontitud. ¡Aprende a identificar los síntomas de la falta de riego y el exceso de riego, así como a manejar una planta afectada, a continuación!

    Síntomas de una planta de tomate con exceso de riego

    Aprender cómo regar correctamente las tomateras a lo largo de cada etapa de su vida puede haber sido uno de los retos más difíciles que asumiste durante tu etapa como jardinero.

    Sin embargo, muchos cultivadores tienden a pasar por alto el impacto que una leve helada o un clima lluvioso pueden tener en el bienestar de las plantas. De hecho, una vez que te sientes cómodo con las técnicas de riego de hortalizas en el jardín, es fácil olvidarse de comprobar si la planta necesita agua o no.

    El exceso de riego es uno de los errores más comunes y puede conducir rápidamente al deterioro y la muerte temprana de las plantas, tanto en contenedores como en el suelo. Siga leyendo para conocer cuáles son los diferentes síntomas que mostrará una planta regada en exceso.

    Su planta se está marchitando y se siente húmeda

    Las plantas de tomate responderán rápidamente si están sufriendo un exceso de riego o un riego insuficiente. El primer signo revelador crítico está en el aspecto de su planta.

    Las plantas que se marchitan se asocian comúnmente con la falta de riego adecuado, pero puede ver un resultado similar en las plantas que se están ahogando. Si conoce el aspecto habitual de su planta, podrá darse cuenta inmediatamente de que hay algo que no funciona con la cantidad de agua que está recibiendo.

    Tocar los tallos, las hojas y la tierra de la planta puede confirmar que el problema es el exceso de riego. Si se sienten húmedas incluso durante el día, esto significa que las plantas han absorbido demasiada agua que no puede ser fácilmente reemplazada o expulsada a través de la transpiración natural.

    Hojas marrones y caídas

    Las hojas marrones y caídas son señales difíciles de interpretar. Si ha estado cuidando plantas de interior, es posible que reconozca inmediatamente el aspecto triste de su planta y lo asocie con la falta de agua.

    Sin embargo, antes de apresurarse a echar agua cerca de las raíces de la planta, asegúrese de que la tierra está realmente seca. En cualquier otro caso, regar su planta podría ser contraproducente e incluso provocar un agravamiento de los síntomas.

    Edema

    El edema en las plantas es una condición derivada de la mala absorción de agua y se manifiesta a través de protuberancias, burbujas y ampollas en la superficie de las hojas.

    Factores externos, como el riego y la fertilización inadecuados, pueden hacer que esta condición se extienda por las ramas de su planta. Aunque no es mortal y es fácilmente curable, tendrá que tratar esta enfermedad con prontitud para recuperar el aspecto y la salud de sus plantas.

    En este caso, es esencial entender que el edema se deriva del hecho de que la planta está absorbiendo agua más rápido de lo que puede expulsarla. Aumentar la cantidad de agua suministrada a la planta puede hacer que las lesiones de las hojas empeoren con el tiempo.

    Molde, moho y otros crecimientos fúngicos

    Aunque estos síntomas son visibles sólo después de un exceso de riego prolongado, pueden ser señales críticas de que su planta no ha sido capaz de procesar la cantidad de agua recibida, y ahora se está ahogando.

    La causa más común de deterioro es el moho blanco, también llamado esclerotinia, que afecta a los tallos y a la tierra de la planta. Más de 360 plantas de jardín y de cultivo son propensas a esta enfermedad fúngica, que recibe el nombre de podredumbre de la madera cuando se nota en las tomateras. Esta peligrosa afección puede extenderse rápidamente por su cultivo, y suele deberse a que su planta permanece en agua estancada durante demasiado tiempo.

    Raíces podridas y malos olores

    Cuando sus plantas en maceta y en el suelo permanecen en agua durante mucho tiempo, sus raíces absorben una cantidad excesiva de humedad que la planta no puede procesar. A su vez, el agua se estancará dentro y alrededor de las raíces, haciendo que dejen de crecer, se debiliten y sean más susceptibles a los patógenos.

    Aunque las enfermedades que afectan a las hojas y las flores de su planta pueden ser más fáciles de identificar, las raíces podridas son más difíciles de notar y de tratar con prontitud. Algunos de los signos reveladores de estas condiciones son:

    • Tallos carnosos
    • Moho blanco alrededor de la zona de las raíces
    • Olor a podrido y fétido procedente de la planta
    • Hojas -tanto jóvenes como viejas- que se desprenden de la planta

    Síntomas de una planta de tomate mal regada

    Tan común como el exceso de riego, no alimentar adecuadamente una planta de tomate puede provocar su muerte prematura. Las tomateras crecen de forma natural en zonas climáticas que presentan altas temperaturas, al menos durante los meses de verano.

    En estas condiciones tan duras, es fácil calcular mal la cantidad de agua que necesitan, y la tierra puede acabar secándose rápidamente. Rehidratar una tomatera que se marchita es fácil, pero es fundamental identificar los síntomas de tal condición para tratarla con prontitud.

    Crecimiento más lento

    Aunque es posible que no estés controlando el ritmo de crecimiento de tus plantas, podrás notar un desarrollo más retrasado si la tierra que las rodea no recibe suficiente agua.

    Las plantas de tomate, al igual que la mayoría de los árboles, hierbas y plantas frutales, absorben los nutrientes del suelo a través de las raíces. El agua, junto con los fertilizantes, son las principales fuentes de minerales y compuestos esenciales que los tomates necesitan para un desarrollo saludable. Las raíces de una planta de tomate tienen una longitud media de 20 cm (8 pulgadas), dependiendo de la variedad específica.

    Después de haber absorbido y procesado los nutrientes disponibles en esta zona, las tomateras no son capaces de obtener más nutrientes. A su vez, esta falta de compuestos puede provocar que dejen de crecer y desarrollarse.

    Hojas secas, descoloridas y rizadas

    Los primeros signos de deshidratación son visibles en las hojas de tu planta. La falta de agua y nutrientes puede inhibir el proceso de fotosíntesis, impidiendo que la planta absorba energía del sol y produzca energía vital.

    Como resultado, notará que las hojas se vuelven marrones o amarillentas, empezando por la parte inferior de la planta y extendiéndose hacia arriba. Las hojas rizadas y secas también son síntomas evidentes de que su planta no está recibiendo suficiente agua.

    Falta de floración

    Otro síntoma asociado a niveles bajos de nutrientes y minerales es la caída de las flores que florecen. En algunos casos, tu tomatera puede dejar de florecer por completo. A su vez, la falta de flores puede resultar en una reducción de la productividad de la planta.

    Si su planta está dejando caer las flores tempranas o tiene dificultades para producir flores, debe esperar una cosecha limitada. Incluso si se trata a tiempo y correctamente, esta condición puede hacer que vea una cosecha tardía hacia el final del verano.

    Suelo seco

    El suelo seco es uno de los síntomas más comunes de que a su planta le falta un riego adecuado, y también es uno de los más evidentes.

    Aunque la superficie superior de la tierra no suele estar totalmente húmeda, la mezcla de la maceta debe sentirse húmeda al tacto al menos de dos a cinco centímetros por debajo de la parte superior. En las plantas en contenedor, se puede ver que la tierra se ha desprendido de la superficie de la maceta y parece haberse encogido.

    Cómo salvar una tomatera regada en exceso

    La prevención y el control regular son las mejores formas de proteger tu tomatera de los daños que puede causar el riego excesivo.

    Sin embargo, debes regarla y abonarla de forma regular pero no excesiva a lo largo de la vida de tus plantas. También es esencial entender si sus plantas necesitan efectivamente agua. Para ello, debes conocer el nivel de humedad del suelo.

    Puede realizar esta tarea de forma eficiente metiendo un dedo en la tierra. Si todavía está seco entre dos y cinco centímetros por debajo de la superficie, su tomatera está lista para ser regada.

    Sin embargo, incluso los jardineros más expertos pueden equivocarse sin querer en las necesidades de agua de un tomate en desarrollo. Si su planta muestra alguno de los síntomas de exceso de riego, hay algunos pasos que puede seguir para salvar tanto sus plantas de interior como de exterior.

    Eliminar el agua estancada

    Especialmente si está atendiendo a una planta de interior en maceta, lo primero que debe hacer es eliminar el agua que se encuentra en la bandeja de goteo debajo del recipiente. En el caso de las plantas de exterior, apaga el sistema de riego que puedas tener instalado para regarlas automáticamente.

    Desentierre su planta y retírela del suelo

    Si nota signos de podredumbre en las raíces, tendrá que empezar a tratar su planta retirándola del suelo. Este paso puede ser más sencillo si se trata de plantas de interior, ya que puedes limpiar fácilmente las raíces de la tierra y el suelo. En cambio, en el caso de las tomateras de exterior, tendrás que desenterrarlas del suelo para analizar los daños.

    Tratar las raíces

    Para tratar las raíces, empieza por eliminar los restos de tierra y cualquier suciedad adicional que aún esté adherida al pelo y a las ramas laterales. Proceda a cortar cualquier raíz estropeada o insalubre. Al hacerlo, asegúrese de utilizar tijeras o podadoras limpias y desinfectadas.

    Este paso es esencial para evitar la contaminación cruzada de las raíces y la posible transmisión de otras enfermedades a la planta. Además, debes optar por herramientas de corte afiladas que no dañen excesivamente las raíces de la planta.

    Déjalo secar

    Este paso es estrictamente necesario sólo para las plantas de exterior pero puede ser útil también para tus tomates en maceta. Exponer las raíces de las plantas al aire fresco y a la luz del sol puede ayudarles a deshacerse del exceso de humedad que habían absorbido. En el caso de las plantas de interior, también puedes optar por trasladarlas simplemente a una nueva maceta llena de tierra más seca.

    Repítalo o replántalo

    Dejar las raíces fuera para que se sequen durante un tiempo también es beneficioso para la tierra. En efecto, al quedar las capas inferiores al descubierto, la humedad retenida bajo tierra se evapora rápidamente.

    Replanten o replanten sus tomates en terrenos más adecuados y añadan mantillo para regular el nivel de humedad en la mezcla de la maceta. Si va a trasplantar una planta de interior, elija una nueva mezcla para macetas que contenga al menos un 1% de peróxido de hidrógeno. Esta sustancia puede ayudar a regular el nivel de aireación del suelo y, en última instancia, ayudar a la oxigenación de las raíces.

    Resolución de otros problemas asociados al riego excesivo

    Ahora que sabe que su planta está a salvo, es posible que aún tenga que lidiar con los efectos secundarios del riego excesivo, como edemas, bacterias y moho. A continuación te explicamos qué hacer para limitar los daños que pueden tener en tu planta.

    • Edema: Como el Edema deriva de la mala absorción de agua, ayudar al proceso natural de transpiración puede ayudar. Cuando el sol y el calor hacen que el agua de las hojas de su planta se evapore, la planta absorbe nutrientes frescos y humedad del suelo.
      Para fomentar este mecanismo, exponga su planta a una fuente de luz natural más intensa. Tenga en cuenta que debe hacerlo gradualmente para evitar que las hojas se quemen. Al mismo tiempo, asegúrese de que la planta tiene disponibilidad de calcio y potasio, que pueden funcionar como una protección adecuada contra el edema.
    • Enfermedades fúngicas: Las enfermedades fúngicas como el moho y la podredumbre de la madera pueden extenderse rápidamente por su cultivo. Cuando saque sus plantas de la tierra de la maceta para tratar las raíces, asegúrese de que el hongo no ha contaminado la tierra. Si puedes notar manchas blancas mohosas, debes tratar la zona con fungicidas y trasladar tu planta a un terreno más saludable.
      • Cómo salvar una planta de tomate con poco riego

        Hidratar la planta de tomate de forma adecuada y regular es vital para evitar que se socave. Sin embargo, si te has olvidado de nutrir tus tomates durante los meses más calurosos del verano, hay soluciones rápidas que pueden ayudarte a revitalizar tus plantas en poco tiempo.

        En primer lugar, debes evitar intentar compensar la falta de humedad vertiendo una gran cantidad de agua en la tierra. Especialmente en las plantas en contenedor, la tierra podría estar tan seca como para encogerse en las superficies laterales de la maceta.

        En este caso, llenar los huecos con agua no rehidratará las plantas y, en cambio, fluirá fuera del contenedor. En el exterior, el agua fluirá a través de los agujeros de la tierra, alejándose de las raíces de la planta.

        Cómo salvar una tomatera en maceta poco regada

        Rehidratar una tomatera en un contenedor es mucho más sencillo que tratar una sumergida plantada en tu jardín. Empieza por hacer agujeros en la tierra seca y romperla. Para esta tarea, puedes utilizar un tenedor o una pequeña pala. En cualquier caso, debes tener cuidado durante esta operación para no dañar las raíces ya debilitadas.

        Procede a sumergir todo el recipiente en agua tibia y espera hasta que la tierra deje de producir burbujas de aire en la superficie. A continuación, puede vaciar el jarrón y podar las hojas y ramas estropeadas y poco saludables.

        Una vez que esa tierra endurecida pueda beneficiarse de la humedad, la planta debería empezar a rehidratarse y revitalizarse en unas horas lentamente. Para acelerar el proceso, podría pulverizar agua nebulizada sobre las hojas de su planta.

        La duración de este proceso puede variar en función de lo dañada que esté la planta y, en algunos casos, puede tardar hasta treinta días en volver a ver una planta completamente sana.

        Cómo salvar una planta de tomate enterrada con poco riego

        Salvar un tomate de exterior plantado en su jardín puede no ser tan fácil.

        En primer lugar, debes plantearte si merece la pena salvar la planta o si ha sufrido un riego insuficiente durante demasiado tiempo. En caso de que sólo esté mostrando los primeros signos de deshidratación, proceda a proporcionarle refugio y sombra de la luz solar directa.

        Riegue las plantas a fondo y con regularidad para restablecer los nutrientes esenciales que la tomatera necesita. También puede optar por añadir reguladores de la humedad, como láminas de plástico y mantillo. Estos agentes atraparán la humedad, evitando la evaporación. Incluso en este caso, merece la pena rociar toda la planta con agua para humedecer las hojas secas.

        Pensamientos finales

        Aprender a regar una tomatera correctamente es una tarea ardua que puede llevarte bastante tiempo y mucha práctica. Aunque a los tomates les gusta el aire fresco, la luz del sol y el agua en abundancia, también son plantas delicadas y muy susceptibles a los cambios externos.

        Aunque hayas aprendido que necesitan un riego regular, siempre debes adaptar el aporte diario a las necesidades de la planta. La lluvia y la humedad son fuentes de nutrientes alternativas para una tomatera y, al añadir agua adicional al suelo después de una lluvia, podrías acabar ahogándola.

        Tanto los problemas de falta de riego como los de exceso de riego tienen soluciones seguras que pueden ayudarte a mantener tu planta viva sin mucho esfuerzo. Sin embargo, es fundamental reconocer y tratar los síntomas a tiempo.

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