Estudio tras estudio nos recuerdan que, por muy difícil que sea, seguir hábitos saludables -comer bien, hacer ejercicio regularmente, no fumar, mantener un peso saludable y controlar la cantidad de alcohol que se bebe- puede ayudarnos a vivir más tiempo. Pero sumar años extra no es tan atractivo si algunos o la mayoría de ellos están plagados de enfermedades cardíacas, diabetes o cáncer.
En un estudio de 2018, un grupo internacional de investigadores dirigido por científicos de la Harvard T.H. Chan School of Public Health descubrió que adoptar cinco hábitos saludables podría alargar la esperanza de vida en 14 años para las mujeres y en 12 años para los hombres:
- consumir una dieta rica en plantas y baja en grasas
- hacer ejercicio de moderado a vigoroso durante varias horas a la semana
- mantener un peso corporal saludable peso corporal
- no fumar
- no consumir más de una bebida alcohólica al día en el caso de las mujeres y dos en el de los hombres
Para seguir con esos datos, los investigadores querían saber cuántos de esos años añadidos eran saludables, libres de tres enfermedades crónicas comunes: enfermedades cardíacas, diabetes de tipo 2 y cáncer. Y en un estudio publicado el 8 de enero en la revista BMJ, informan de que un estilo de vida saludable puede contribuir, efectivamente, a vivir más años libres de enfermedades. Los resultados sugieren que las mujeres pueden prolongar su esperanza de vida libre de enfermedad después de los 50 años en unos 10 años, y los hombres pueden añadir unos ocho años más, que las personas que no tienen estos hábitos.
«Es importante observar la esperanza de vida libre de enfermedad porque tiene importantes implicaciones en términos de mejora de la calidad de vida y de reducción de los costes generales de la atención sanitaria», dice el doctor Frank Hu, presidente del departamento de nutrición de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard y autor principal del trabajo. «No basta con prolongar la esperanza de vida, sino que queremos prolongar la duración de la salud, para que la mayor esperanza de vida sea saludable y esté libre de las principales enfermedades crónicas y de las discapacidades asociadas a esas enfermedades».
Para averiguar esos patrones, los investigadores analizaron los datos recogidos de más de 111.000 mujeres y hombres estadounidenses que tenían entre 30 y 75 años cuando se inscribieron en el Nurses Health Study o en el Health Professionals Follow-Up Study a partir de 1980 y 1986, respectivamente. Los participantes respondieron a cuestionarios sobre sus hábitos de vida y su salud cada dos años hasta 2014. En función de sus respuestas, cada participante recibió una puntuación de «estilo de vida» de 0 a 5, en la que las puntuaciones más altas representaban una mayor adherencia a las pautas saludables. A continuación, los investigadores trataron de correlacionar estas puntuaciones con el tiempo que los participantes vivieron sin padecer enfermedades cardíacas, cáncer o diabetes.
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Las mujeres que declararon cumplir cuatro o cinco de los hábitos saludables vivieron de media 34 años más sin esas enfermedades después de los 50 años, en comparación con los 24 años de las mujeres que dijeron no seguir ninguno de los hábitos saludables. Los hombres que declararon cumplir cuatro o cinco de los hábitos de estilo de vida vivieron una media de 31 años más sin enfermedades después de los 50 años, mientras que los que no adoptaron ninguno de ellos vivieron una media de 23 años más después de los 50 años.
Hu afirma que ninguno de los cinco factores destacó como más importante que los demás; los beneficios para salvar a las personas de las enfermedades y para alargar la vida fueron similares en los cinco. Además, las pruebas sugieren que las contribuciones de cada factor son aditivas: el número de años de vida libre de enfermedades aumenta con cada hábito saludable adicional que se sigue. «La gente no debería desanimarse a la hora de adoptarlos si encuentra uno o dos factores difíciles de seguir», dice Hu.
Y como todos los participantes en el estudio tenían más de 30 años, los resultados también sugieren que «nunca es demasiado tarde para cambiar», dice Hu. «Siempre es mejor adoptar hábitos de vida saludables lo antes posible, pero incluso adoptarlos relativamente tarde en la vida va a tener beneficios sustanciales para la salud más adelante».»
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