El presente trabajo revisa la clasificación y el modo de acción de los agentes que suprimen las extrasístoles y las taquiarritmias. Estos se clasifican según sus efectos electrofisiológicos observados en tejidos cardíacos aislados in vitro (Vaughan Williams, 1989). Los bloqueadores de los canales de sodio rápidos (clase I) que reducen la velocidad de subida del potencial de acción suelen subclasificarse en tres grupos, clase I A-C, según su efecto sobre la duración del potencial de acción. Los antagonistas beta-adrenérgicos (clase II) ejercen sus efectos antagonizando los efectos electrofisiológicos de las catecolaminas beta-adrenérgicas. Los agentes antiarrítmicos de clase III (por ejemplo, la amiodarona) prolongan el potencial de acción y los bloqueadores de los canales de calcio lentos (clase IV) suprimen la corriente entrante de calcio y los potenciales de acción dependientes del calcio. La clasificación de los fármacos antiarrítmicos sigue siendo objeto de debate. Esto se aplica especialmente a los agentes de la clase I y III. El efecto de los agentes de la clase I depende de la frecuencia porque la afinidad de unión de estos fármacos al canal de sodio está modulada por el estado del canal (hipótesis del receptor modulado). Los agentes de clase I se unen al canal en el estado activado e inactivado y se disocian del canal en el estado de reposo. Esto ocurre a una velocidad específica del fármaco, de modo que los agentes de clase I pueden subclasificarse en sólo dos grupos, a saber, en los de tipo de recuperación lenta y rápida, respectivamente (constante de tiempo de reactivación mayor o menor que 1 s). Los agentes de clase I de recuperación lenta afectan a los potenciales de acción regulares a frecuencias cardíacas normales, lo que puede conducir más fácilmente a un alargamiento de la duración del QRS en el ECG, a alteraciones de la conducción y, por tanto, a efectos proarrítmicos. (RESUMEN TRUNCADO EN 250 PALABRAS)