Comentario
No cabe duda de que mucha gente siente placer al adquirir posesiones, y los anunciantes son cada vez mejores a la hora de separarnos de nuestro dinero. Pero, según un estudio, para una de cada 20 personas, comprar es algo más: una compulsión o adicción. Los compradores compulsivos compran repetidamente cosas que no necesitan y no pueden permitirse, lo que les provoca sentimientos de culpa, conflictos en su vida personal, problemas en el trabajo y dificultades financieras. El hábito puede causar tanta angustia como los trastornos psiquiátricos como la depresión y la ansiedad.
En la actualidad, la mayoría de los psiquiatras consideran que la compra compulsiva es un trastorno de control de los impulsos que implica una tensión creciente antes del acto y una sensación de alivio después. Pero algunos expertos prefieren considerarlo como una adicción o una forma de trastorno obsesivo-compulsivo. También podría ser una forma de calmar los sentimientos dolorosos, o lo contrario: un resultado de la exuberancia maníaca y la imprudencia. Algunos incluso se preguntan si la compra compulsiva debe considerarse un trastorno mental. Sugieren que el problema es social, producido por el crédito fácil y la publicidad omnipresente.
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