En el cine, la televisión y la literatura, hay decenas de icónicos gánsteres masculinos que hicieron historia, pero ¿qué hay de las gánsteres femeninas?
Los gángsters aparecieron en Sicilia a mediados del siglo XVIII. Conocida como la Mafia siciliana o la Cosa Nostra, la mafia italiana se originó cuando se abolió el feudalismo en el territorio durante su anexión al país a principios de ese siglo. Si lo piensas, esto tiene mucho sentido, ya que la estructura de estos grupos responde a un sistema feudal en el que los líderes recaudan dinero y controlan a los habitantes de estos territorios. Así, como se ha visto en películas como Gangs of New York (2002) o la reconocida trilogía de El Padrino, la imagen del gángster tal y como la conocemos en la ficción proviene de una época en la que la ciudad de Nueva York experimentó una oleada de inmigración procedente principalmente de Irlanda e Italia (especialmente de Sicilia), donde se formaron estas bandas. Sin embargo, no fue hasta los años 20 y principios de los 30, durante la época de la Ley Seca, cuando se estableció el término y el carácter de «gángster».
Ahora bien, lo interesante es que, cuando la mayoría de la gente piensa en gángsters, se imagina a hombres con traje rodeados de guardaespaldas, pero ¿qué pasa con esas mujeres gángsters que también aterrorizaron al país? Aunque no son tan famosas en la historia popular, ha habido muchas mujeres que desempeñaron papeles importantes en estas organizaciones que cometieron actos violentos y despiadados. A continuación, te presentamos diez de las más famosas gánsteres femeninas, algunas de las cuales probablemente nunca hayas oído hablar, pero que fueron clave para la supervivencia de sus bandas.
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Bonnie Parker
No podíamos hablar de mujeres criminales despiadadas sin mencionar a Bonnie Parker, siempre asociada a su compañero, Clyde Barrow, y a su larga lista de robos y asesinatos durante la Gran Depresión. La historia de su vida es mucho más oscura y compleja que la versión popular, que la retrata como una mujer locamente enamorada que acompaña a su compañero en sus andanzas delictivas. Bonnie era la hija mediana de Emma y Robert Parker. Su padre murió cuando ella tenía sólo cuatro años, y su madre tuvo que trabajar para mantener a su familia, pero Bonnie quería más de lo que su madre podía darle. Entonces, justo antes de cumplir los dieciséis años, conoció a Roy Thornton (un hombre con su propio historial delictivo y que acabó pasando su vida en prisión) y se enamoró hasta el punto de que decidió abandonar la escuela para casarse con él. Su matrimonio no duró, y aunque en realidad nunca se divorciaron, no volvieron a verse. Entra Clyde Barrow.
Era un joven nacido en una familia muy pobre, pero con muchas ambiciones en la vida. Según cuenta la historia, conoció a Bonnie a través de un amigo común, y fue amor a primera vista. Se calcula que mataron a un total de nueve agentes de policía y participaron en más de una docena de robos. Sin embargo, su carrera delictiva terminó abruptamente cuando fueron emboscados por la policía, que les disparó e incendió su coche. Ambos murieron en la emboscada, pero su historia quedará para siempre en nuestro imaginario colectivo.
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Stephanie St. Clair
También conocida como Queenie o Madame St. Clair, Stephanie fue una inmigrante martinicana con afición al crimen que vivió en Manhattan a principios del siglo XX. Su vida no fue muy fácil… De joven, su madre enfermó y ella tuvo que dejar la escuela y trabajar para una rica familia francesa. Después de que su hijo intentara violarla y su madre falleciera, decidió empezar una nueva vida en Francia, pero no pudo encontrar un buen trabajo allí, así que hizo lo que tantas otras personas hicieron en su momento y se trasladó a Estados Unidos, la tierra de las oportunidades, aunque en realidad no fue como ella esperaba. En Nueva York, llena de esperanzas y sueños, conoció y se enamoró de un hombre llamado Duke. Sin embargo, este hombre, intentó prostituirla, por lo que, comprensiblemente enfadada y dolida, le clavó un tenedor en el ojo y abandonó la ciudad. Si pensabas que esto era suficiente para matar su espíritu, estás muy equivocado.
Al salir de la ciudad, el autobús en el que viajaba fue emboscado por el grupo Ku Klux Klan, y la mayoría de los pasajeros negros fueron asesinados y quemados, mientras que ella fue violada por múltiples hombres. Sobrevivió y decidió volver a Nueva York, decidida a no dejar que nadie la pisoteara. Así que, junto con su nuevo novio, empezó a vender drogas. Sólo unos meses después, había hecho una pequeña fortuna, pero lo quería todo para ella, así que decidió trabajar en solitario y creó su propia banda, que se adueñó de Manhattan.
Después de que su marido intentara utilizar su dinero para montar un nuevo negocio con su amante, lo mató y fue condenada a diez años de prisión. Luego, cuando fue liberada, decidió empezar de nuevo. Después de una vida de crímenes, quiso hacer el bien a otras personas. Por ejemplo, testificó muchas veces contra los policías corruptos implicados en la mafia, y defendió a la clase trabajadora de su comunidad, pero quizá por lo que más se la recuerda es por su participación en el movimiento por los derechos civiles, en el que fue muy activa hasta su muerte en 1969, a los 82 años.
Ma Barker
Considerada por J. Edgar Hoover como «el cerebro criminal más vicioso, peligroso e ingenioso de la última década», Arizona Donnie Barker, conocida como Ma Barker, fue la despiadada matriarca de una de las bandas más peligrosas de principios del siglo XX. Junto con su marido y sus cuatro hijos, el negocio de la familia Barker comenzó con robos en la carretera que acabaron implicando asesinatos y otros crímenes despreciables. Durante la década de 1910 y parte de la de 1920, la familia criminal estuvo en el punto de mira de la opinión pública, lo que acabó provocando el suicidio del hijo mayor, que quería librar a sus hermanos de la cárcel. Tras menos de una década en prisión, Ma Barker se reunió con su hijo Fred y comenzó una nueva ola de crímenes.
Tras cuatro años de actividad, ambos fueron asesinados por el FBI en enero de 1935. Tras su muerte, se inició un debate sobre su papel en la banda, en el que algunos afirmaban que ella no tenía nada que ver con los crímenes de su hijo, mientras que otros (como Hoover) estaban convencidos de que ella era en realidad el cerebro de todos los horrores que cometieron.
Kathryn Kelly
En los años 30, un secuestro llamó la atención del gobierno, del FBI y de toda la nación. El magnate del petróleo Charles F. Urschel fue secuestrado en su casa durante una partida de bridge. Tras una exhaustiva investigación, las autoridades señalaron a George, alias «Machine Gun» Kelly, como el culpable, junto con su banda y su esposa, Kathryn Kelly. Ahora bien, algunos historiadores creen que ella no era sólo su esposa, sino que en realidad era la mente detrás de muchos de sus atracos y crímenes, ya que tenía un largo historial de crímenes antes incluso de Kelly. De hecho, muchos creen que fue ella la que arrastró a George a una vida de crimen.
Después de tres matrimonios fallidos, uno de ellos con un exitoso contrabandista que murió en circunstancias misteriosas, conoció a George, y juntos iniciaron un nuevo negocio de contrabando. Pero como éste era un negocio muy común durante la Ley Seca, pronto se involucraron en el negocio de los secuestros, que resultó ser mucho más rentable, sobre todo cuando lo planificaban a conciencia y secuestraban a las personas adecuadas. Se dice que Kathryn fue quien le compró su ametralladora y la que le creó ese personaje criminal. Cuando decidieron ir a lo grande secuestrando a un hombre muy rico y pidiendo un rescate de 200.000 dólares (que era una cantidad ridícula de dinero en aquella época), nunca sospecharon que ir a lo grande significaría su perdición. El FBI las atrapó después de recibir el dinero (por cierto, Kathryn había sugerido matar a Urschel de todos modos) y ambas fueron arrestadas junto con su madre, que resultó ser su cómplice. Ambas mujeres fueron liberadas unos 25 años después, pero George murió en prisión.
Los primeros años del siglo XX fueron un periodo difícil en la historia de los Estados Unidos, que allanó el camino para muchos años de organizaciones criminales exitosas. Si lo pensamos bien, la Prohibición no fue lo único que inspiró a la gente a iniciar negocios ilegales de contrabando; también fue la crisis económica que condujo a la Depresión lo que empujó a tantos a la delincuencia para ganar el dinero que no podían obtener en un trabajo honesto. Eso no significa que no deban rendir cuentas por sus crímenes o por el daño que hicieron a tanta gente. Es sólo una forma de entender por qué surgieron tantos gánsteres, incluso mujeres, en esta época de la historia.
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