Algunas opciones de alimentos pueden plantear graves problemas de seguridad para los niños pequeños y es mejor que espere a ofrecérselas. Si está contemplando si debe compartir su próximo tazón de palomitas de maíz calientes con mantequilla con su hijo, considere primero algunos factores importantes.
Edad
Aunque la idea de acurrucarse con su hijo pequeño mientras ve una película y come palomitas puede sonar como una buena tarde, es mejor limitarse a los abrazos y la película. Según la Academia Americana de Pediatría, los alimentos pequeños, como las palomitas, no deben ofrecerse a un niño hasta que tenga al menos 5 años.
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Peligro de asfixia
Las partículas enteras o grandes de los alimentos, como las palomitas de maíz, pueden atascarse en la tráquea de un niño pequeño. Según el Departamento de Salud del Estado de Nueva York, la tráquea de un niño pequeño tiene aproximadamente el diámetro de una pajita. Con un diámetro de tráquea tan pequeño, es fácil que la comida quede atrapada allí, impidiendo que el niño reciba el oxígeno adecuado que necesita.
Consejos
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Sé riguroso con la seguridad en el hogar y la alimentación. Haga que su hijo se siente mientras come, independientemente de lo que sea. Correr, saltar y jugar mientras come aumentan drásticamente el potencial de atragantamiento. No apresures a tu hijo ni lo dejes desatendido mientras come. Enséñale a masticar y tragar bien antes de hablar. Puedes ofrecerle a tu hijo alternativas alimentarias saludables en lugar de palomitas, como fruta blanda cortada en trozos pequeños o yogur en tubo. Aprender la maniobra de Heimlich y tomar una clase de primeros auxilios/reanimación cardiopulmonar te ayudará a prepararte para lo inesperado, por si acaso.