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Los secretos de la dieta de Michael Pollan (y de tu bisabuela)

Houston ChronicleHouston Chronicle, 23 de enero de 2010

¿El plan de dieta más sensato de la historia? Creemos que es el que Michael Pollan esbozó hace unos años: «Come comida. No demasiado. Sobre todo plantas». Así que nos alegramos de que en su nuevo y pequeño libro, Food Rules, Pollan ofrezca más reglas de sentido común para comer: 64 de ellas, de hecho, todas ellas invitan a la reflexión y algunas son divertidas a carcajadas.

Con «comida» Pollan se refiere a la comida real, no a las creaciones del complejo agroalimentario. La comida real no tiene una larga lista de ingredientes, no se anuncia en la televisión y no contiene cosas como maltodextrina o tripolifosfato de sodio. La comida real son cosas que tu bisabuela (o la bisabuela de alguien) reconocería.

Pollan señala que las poblaciones que comen como los estadounidenses de hoy en día -muchos alimentos y carne altamente procesados, mucha grasa y azúcar añadidos, muchos cereales refinados- sufren altas tasas de obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y cáncer. Pero las poblaciones que siguen dietas más tradicionales no lo hacen. Nuestras bisabuelas sabían lo que hacían.

Pero en las últimas décadas, parece que hemos perdido ese viejo saber hacer cultural -o tal vez sólo es difícil recordarlo en nuestro mundo drive-thru. Necesitamos reglas.

Como la regla nº 19: «Si es una planta, cómetela. Si fue hecho en una planta, no lo hagas». O la regla 36: «No comas cereales para el desayuno que cambian el color de la leche». O la Regla nº 20: «No es comida si ha llegado a través de la ventanilla de tu coche».

Para la mayoría de nosotros, «no demasiado» es especialmente difícil. Pero si sigues la Regla 52 – «Compra vasos y platos más pequeños»- tus porciones parecerán más grandes. Y las Reglas 58 («Haz toda tu comida en una mesa») y 59 («Intenta no comer solo») te ayudarán a ir más despacio y a disfrutar más de tus comidas.

Los vegetarianos empedernidos se quejan del «-ly» de la regla «mostly plants». Que así sea: Pollan no es dogmático. Nos insta a comer menos carne, y carne mejor criada. Pero no insiste en que la dejemos por completo.

Termina su libro con la regla 64: «Romper las reglas de vez en cuando». Décadas de obsesión por la nutrición -comer esto bajo en grasas y aquello bajo en carbohidratos, beber refrescos sin azúcar y agua vitaminada- no nos han hecho más delgados ni más sanos.

Es hora de que comamos como nuestras bisabuelas.

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