¿Te encuentras atrapado en la preocupación? O ¿te cuesta pasar a la acción en algo, aunque sepas que es importante?
Si tu respuesta es afirmativa, puede que sea el momento de dejar de preocuparte tanto.
Esto puede parecer contrario a la intuición, pero a veces cuanto más nos preocupamos, más presión ejercemos sobre nosotros mismos y sobre una situación, lo que en última instancia dificulta las cosas. Preocuparse por las cosas es una parte importante de la vida, pero preocuparse demasiado puede llegar a ser debilitante. Cuando dejamos de preocuparnos tanto, puede ser más fácil ver las cosas con claridad y encontrar la paz en cualquier situación. Aquí hay algunas técnicas para dejar de preocuparse tanto, por qué esto puede realmente hacerte más feliz, y algunas preguntas para hacerte cada vez que te encuentres preocupándote demasiado.
Cómo dejar de preocuparse tanto:
Enfócate en el proceso, no en los resultados
- Una forma en que muchos de nosotros nos preocupamos demasiado es cuando nos fijamos en los resultados de una situación. Realmente queremos que las cosas salgan de una determinada manera, obtener el resultado que deseamos, hacer feliz a alguien o que todo salga perfecto. Cuando te centras en el resultado, puede ser fácil empezar a obsesionarte con él. Empieza a parecer que todo en tu vida depende del resultado de una situación concreta. El problema de esto es que los resultados suelen estar fuera de tu control. Al poner todo tu cuidado en lo que sucede, estás invirtiendo demasiada energía en algo que podría estar influenciado por muchos factores externos.
- En lugar de preocuparte sólo por los resultados, pon más atención en el proceso. Qué acciones estás realizando que están bajo tu control? Cómo puedes optimizarlas para que sean más fáciles, o más suaves, o más agradables? Si te preocupas por el proceso y por lo que está bajo tu control, puedes confiar en que has hecho tu mejor trabajo. Esto ayuda a eliminar la presión de los resultados y te permite relajarte y dejar de preocuparte. Además, esto te dará la confianza de que incluso si una situación no sale exactamente como quieres, siempre puedes volver a intentarlo.
Enfócate en cómo te sientes
- Sentirse ansioso o fuera de control suele ser una señal de que te estás preocupando demasiado por algo. Cuando esto ocurre, estás confiando en algo externo a ti para determinar cómo te sientes. Esto puede resultar muy abrumador y dejarte sin poder.
- Para combatir esto, puedes invertir el proceso decidiendo primero cómo quieres sentirte. Para inspirarte, aquí tienes una gran biblioteca de sentimientos para que los consideres. A continuación, piense en lo que necesita hacer para sentirse así. Esto a menudo te llevará a centrar tu atención en acciones más productivas, en lugar de obsesionarte con algo que no está bajo tu control.
Busca otras formas de desarrollar tu autoestima
- Otro signo de que te preocupas demasiado es cuando juzgas tu propia autoestima en función del resultado de una situación determinada. En este caso, tiene todo el sentido que te preocupes mucho porque lo que está en juego se siente muy alto ya que sientes que impacta directamente en tu valor como ser humano.
- Eres digno y valioso independientemente de cualquier circunstancia externa. Permíteme repetirlo, eres intrínsecamente digno y valioso, sólo por ser tú. Puedo decirte esto un millón de veces, pero no tendrá impacto hasta que lo creas de verdad. Además de creer en tu autoestima inherente, hay muchas otras formas de desarrollar una autoestima sana. Algunas formas efectivas de hacerlo incluyen desafiarse a sí mismo para aprender nuevas habilidades o comprometerse con algo que le asuste, rodearse de personas que le hagan sentir feliz y querido, hacer algo amable con otra persona, y muchas otras. Al fundamentar tu autoestima, puedes preocuparte por algo sin dejar que adquiera una importancia exagerada en tu vida.
Recuerda que a la mayoría de la gente no le importa tanto
- Esto es algo que tengo que recordarme constantemente. Es muy fácil pensar que todo el mundo está atento a cada uno de nuestros movimientos y esperando para criticar todo lo que hacemos. Pero en realidad, esto es casi siempre una forma de pensamiento distorsionado. Para bien o para mal, la mayoría de la gente no se preocupa por ti tanto como tú mismo. Esto puede parecer duro, pero en realidad es bastante liberador. Cuando te das cuenta de que los demás no se preocupan, dejas de preocuparte tanto por lo que piensan. Y cuando dejas de preocuparte tanto por lo que piensan los demás, puedes centrarte realmente en lo que tú piensas y quieres.
Obtener perspectiva
- Cuando estás en medio de algo desafiante, puede parecerte lo más importante del mundo. Toda tu atención se centra en ello, y te quedas hasta tarde dando vueltas en la cama pensando en ello. Estos son los momentos en los que la perspectiva es tan importante. Esto puede significar pensar en todas las cosas que van bien en tu vida en lugar de fijarte en la única cosa que no va bien. O puede significar recordar que ya te has enfrentado a situaciones difíciles en el pasado y has salido bien parado. O puede significar centrar tu atención en otra cosa totalmente importante para ti. Esto puede ayudarte a ver que este momento es sólo eso, un momento singular en el tiempo que pasará. Cuando adquieres este tipo de perspectiva, puedes dejar de preocuparte tanto por esta única situación, porque la ves en el contexto de un panorama mucho más amplio de la vida.
Desacelerar y abrazar el momento
- Una última forma de dejar de preocuparse tanto es desacelerar y prestar atención al momento actual. A menudo, cuando nos preocupamos demasiado, nos centramos en el futuro o en el pasado, o en los «podría ser». Si te detienes para centrarte realmente en el momento, puedes dejar de lado las historias que flotan en tu cabeza y ver la realidad de lo que está sucediendo ahora mismo. Esto puede ayudarte a darte cuenta de que tu situación actual, como todo lo demás, es temporal. Esto también puede ayudarte a ver que las cosas se desarrollan de la forma en que se van a plegar y que la cantidad de atención o preocupación que tengas probablemente no hará mucha diferencia. Cuando puedes ver la vida desde esta perspectiva desapegada, te das cuenta de que preocuparse demasiado es un desperdicio de energía que, en última instancia, no tiene mucho impacto, excepto para hacerte sentir mal.
Por qué dejar de preocuparte puede hacerte más feliz:
De niño, solía preocuparme profundamente por casi todo. Si ocurría algo bueno o malo, lo sentía con todo mi corazón y dejaba que impactara en mi estado emocional. Llevé esta sensibilidad conmigo a medida que crecía. Y durante mis primeros años de trabajo profesional, me importaba mucho todo. En ese momento, vi esto como algo bueno, me preocupaba y por lo tanto trabajaba duro, y por lo tanto era un buen empleado. Pero con el tiempo me di cuenta de que preocuparme demasiado me estaba quemando. Significaba que trabajaba hasta tarde, que revisaba constantemente mi correo electrónico cuando no trabajaba y que me despertaba en mitad de la noche con pensamientos acelerados sobre todo lo que podía salir mal al día siguiente. Aprender a dejar de preocuparme tanto me ha convertido en una persona más relajada y en un mejor empleado.
Entonces, ¿por qué funciona esto? Preocuparse menos se reduce a establecer límites, construir resiliencia emocional y desarrollar confianza. Y cada una de estas cosas ayuda a crear una vida más feliz. Te ayudan a construir una fuerza que proviene de tu interior en lugar de lo que sucede a tu alrededor. También te ayudan a enfocar tu energía en lo que realmente importa en lugar de malgastarla en preocupaciones y cargas sobre cosas que realmente no importan.
Preguntas para hacerte cuando quieras dejar de preocuparte tanto:
Si te encuentras preocupándote demasiado por algo, aquí tienes algunas preguntas rápidas que pueden ayudarte a llegar al fondo de lo que está pasando y a cambiar tu forma de pensar:
- ¿Qué es lo que realmente importa?
- ¿Qué es lo que realmente me preocupa aquí?
- ¿Me acordaré de esto dentro de un año?
- ¿A quién le importa?
- ¿Me importa esto?
- ¿Mi preocupación por esto ahora mismo cambia el resultado de alguna manera?
La próxima vez que te encuentres atascado preocupándote demasiado por algo, tómate un momento, y reflexiona sobre esas preguntas. Pueden ayudar a romper la narrativa repetida en tu cabeza y hacerte cuestionar pensamientos que podrían no estar fundados en la realidad.
Preocuparse está muy bien. Pero desarrollar la habilidad de dejar de preocuparse tanto puede ser una técnica importante que crea más confianza y paz en tu vida. Si te encuentras atrapado en preocuparte demasiado, ¡utiliza estas técnicas para preocuparte un poco menos!
Xo
Louisa