A medida que nuestro clima se calienta, estamos experimentando vientos más fuertes, mareas de tempestad más altas y lluvias récord durante la temporada de huracanes – que es también la razón por la que estas tormentas son cada vez más destructivas y costosas.
Los océanos más cálidos alimentan las tormentas
Entonces, ¿por qué los huracanes traen más lluvia en un clima más cálido?
La evaporación se intensifica a medida que aumentan las temperaturas, al igual que la transferencia de calor de los océanos al aire. A medida que las tormentas viajan por océanos cálidos, arrastran más vapor de agua y calor.
Esto se traduce en vientos más fuertes, lluvias más intensas y más inundaciones cuando las tormentas tocan tierra.
La subida del nivel del mar empeora las mareas de tempestad
La marea de tempestad se produce cuando las aguas se elevan por encima de su nivel normal y son empujadas hacia el interior por el viento.
En el caso del huracán Katrina, fue la marea de tempestad la que hizo que los diques fallaran, provocando la destrucción en la zona de Nueva Orleans.
La marea de tempestad también fue responsable de unos 2.000 millones de dólares adicionales en daños en la ciudad de Nueva York tras el paso de Sandy en 2012, según un informe de Rand.
Este fenómeno se agrava por el aumento del nivel del mar, provocado por el calentamiento global causado por el ser humano a medida que el agua de los océanos se expande y el hielo de la tierra se derrite.
El nivel medio del mar en el mundo ya ha subido medio pie desde 1900 -casi cuatro de esos centímetros desde 1970- a medida que los países se han desarrollado y las poblaciones han crecido. El aumento del nivel del mar puede empujar más agua hacia el interior durante las mareas de tormenta relacionadas con los huracanes.
Los huracanes son más fuertes, se intensifican más rápido
El huracán Dorian, de movimiento lento, devastó las Bahamas en 2019.
Crédito: Secretaría de la Commonwealth
Los huracanes más fuertes son cada vez más comunes en un clima más cálido.
Los investigadores sugieren que los huracanes más dañinos de Estados Unidos son tres veces más frecuentes que hace 100 años, y que la proporción de huracanes importantes (de categoría 3 o superior) en el océano Atlántico se ha duplicado desde 1980.
La rapidez con la que se intensifican los huracanes también ha aumentado en el Atlántico desde la década de 1980, debido al cambio climático. Los huracanes Laura y Dorian son ejemplos de ello. Ambos se intensificaron rápidamente cerca de tocar tierra, lo que hizo más difícil predecir el peligro potencial.
Al mismo tiempo, los huracanes se mueven más lentamente, lo que posibilita más daños. Los científicos siguen debatiendo cómo se relaciona exactamente esta disminución de la velocidad con el cambio climático, pero ésta es la teoría principal: Los vientos que dirigen los huracanes se mueven más despacio en un clima más cálido.
Los daños que hemos visto por los huracanes catastróficos de los últimos años demuestran que necesitamos la ciencia más que nunca para ayudarnos a prepararnos para el cambio climático, y a actuar en consecuencia.
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