Identificar un tomate maduro que está listo para ser recogido puede marcar la diferencia entre el cielo y un desastre harinoso. No siempre se puede distinguir un tomate maduro sólo por el color, sobre todo en el caso de los tomates reliquia, que pueden tener diferentes tonos de todo tipo de colores, incluso rayados y moteados.
Además, puede que tenga la tentación de apretarlo para ver si está maduro, pero algunos tomates se dañan si los manipula con demasiada fuerza. Sin embargo, con un poco de sabiduría, puede determinar si su tomate está listo para la cosecha o si debe permanecer en la vid un poco más.
Brillo y tono de la superficie
La primera forma de saber si su tomate está maduro es comprobar si la piel ha pasado de ser una superficie opaca y mate a una brillante y ligeramente lustrosa.
A continuación, compruebe el color, que debe ser bastante profundo en su tono particular (a menos que su paquete de semillas de tomate identifique un color más pálido) Por ejemplo, los tomates rojos deben ser de un rojo intenso, los amarillos deben ser de un amarillo intenso, y así sucesivamente. Además, el color debe ser bastante uniforme; si un lado de un tomate es rojo mientras que parte de él es todavía verde, todavía no está listo.
Algunos jardineros optan por cosechar sus tomates antes de que estén completamente maduros. Este método puede ayudarle a proteger la fruta de las grietas, que son más probables después de una lluvia. Si elige este método, lleve los tomates al interior y déjelos madurar a unos 70 grados.