En anteriores entradas del blog, he tratado de asegurar a los hombres ansiosos que el tamaño del pene no importa a la gran mayoría de las mujeres. Y cada vez, los comentarios han llovido de chicas llamándome tonto, diciendo que el tamaño les importa mucho.
De acuerdo, el tamaño importa a algunas mujeres. Nunca he dicho que no lo sea. Pero basándome en décadas de conversaciones con terapeutas sexuales y muchas mujeres, he llegado a la conclusión de que a la mayoría sustancial de las mujeres no les importa, que prefieren estar con hombres cálidos, amables, solventes, cariñosos y divertidos, que compartan sus valores e intereses, que con uno que tenga un poste de teléfono en los pantalones. Desgraciadamente, no podía respaldar esto con una investigación porque no conocía ningún estudio que explorara los sentimientos de las mujeres al respecto. Ahora el veredicto está dado.
Recientemente, investigadores de la UCLA y de Cal State Los Angeles publicaron un informe que muestra que el 84 por ciento de las mujeres se sienten «muy satisfechas» con el tamaño del pene de su hombre. El 14 por ciento desearía que fuera más grande y el 2 por ciento preferiría que fuera más pequeño. La cifra del 84% significa que siete de cada ocho mujeres piensan que su hombre está bien, lo que corrobora mi afirmación de que el tamaño no importa a la gran mayoría de las mujeres.
Este estudio es especialmente persuasivo porque su metodología va mucho más allá de la típica encuesta a 100 estudiantes universitarios. Los investigadores publicaron sus preguntas en MSNBC.com y obtuvieron respuestas de 26.437 mujeres de entre 18 y 65 años. Las encuestadas fueron un grupo autoseleccionado, lo que plantea dudas sobre la representación demográfica. Pero 26.437 es un número enorme, un número tan grande que estadísticamente obvia las preocupaciones sobre la autoselección y sugiere fuertemente que los hallazgos son realmente válidos.
Las mujeres se sienten más satisfechas que los hombres sobre el tamaño de los hombres
La encuesta también atrajo respuestas de 25.594 hombres. Dos tercios de ellos calificaron sus penes como «promedio», coincidiendo exactamente con lo que las mujeres dijeron sobre sus parejas. Pero las mujeres sólo tenían la mitad de probabilidades que los hombres de calificar el pene de su hombre como «pequeño», y eran más propensas a llamarlo «grande».»
- Hombres que llamaron al suyo «pequeño»: 12 por ciento
- Mujeres que llamaron al de su hombre «pequeño»: 6 por ciento
- Hombres que llamaron al suyo «grande:» 22 por ciento
- Mujeres que llamaron «grande» al de su hombre: 27 por ciento
- El pene flácido típico mide 5 cm. (Los penes flácidos pequeños crecen más hasta la erección que los órganos flácidos grandes.)
De la antigua Grecia a Miguel Ángel y al porno
Nuestra equiparación de la virilidad con un pene grande contrasta notablemente con la forma en que los antiguos veían el tamaño de los genitales. En la obra de Aristófanes, Las nubes (423 a.C.), un personaje amonesta a los jóvenes delincuentes que si siguen portándose mal, como castigo, sus penes crecerán, pero que si repudian sus malas costumbres, sus órganos permanecerán como deben ser, pequeños.
Cinco siglos más tarde, la novela romana Satyricon (c. 50 d.C.) describe a los bañistas de un baño público que se burlan del pene grande de un personaje, calificándolo de tan ridículo como las reacciones contemporáneas a los zapatos extra grandes de los payasos de circo. Al igual que los griegos, los antiguos romanos pensaban que los penes más atractivos eran los pequeños.
La opinión clásica de que lo pequeño es bello persistió hasta el Renacimiento. Considere el David de Miguel Ángel o las esculturas de desnudos masculinos de otros artistas de ese período. Los penes son sorprendentemente pequeños. En aquella época, la «masculinidad» tenía menos que ver con el tamaño del pene de un hombre que con el tamaño de su escroto. Un escroto grande que colgaba lleno y bajo sugería unos testículos grandes, que a su vez sugerían una gran potencia. Durante el Renacimiento, los penes se consideraban poco más que dispositivos de inyección incidentales para lo que realmente contaba, el esperma.
Eso cambió en la segunda mitad del siglo XIX, cuando la fotografía (inventada alrededor de 1840) y el cine (1890) allanaron el camino a la pornografía moderna. El porno siempre ha sido principalmente una ayuda para la masturbación de los hombres. La masturbación masculina tiene que ver con las erecciones, por lo que el porno transformó los penes de dispositivos de inyección en el centro de atención, y para su representación en la fotografía o el cine, cuanto más grandes mejor.
¿Tiene una regla?
Para la mayoría de la gente, el «tamaño del pene» implica su longitud. Unas dos docenas de estudios lo han medido. La mayoría miden en la parte superior, desde el hueso púbico en la base del pene hasta la punta del glande, sin meter la regla en la tripa ni tirar del tronco para estirarlo. Los resultados:
Flácido:
Erecciones:
Irónicamente, entre las mujeres que dijeron preocuparse por el tamaño, son menos las que se preocupan por la longitud que por la circunferencia.
Sé todo lo que puedas ser
Cuanto más alto es el hombre, más largos son sus brazos y piernas -y su pene-. Pero, según la encuesta, en comparación con los hombres más bajos (1,5 metros), los más altos (más de 1,8 metros) declararon sentirse sólo ligeramente más satisfechos con su tamaño.
El peso es otra historia. Los hombres más delgados están mucho más contentos con el tamaño de su pene que los hombres obesos. Esto tiene sentido porque a medida que aumenta el peso, la almohadilla de grasa de la parte inferior del abdomen crece y envuelve la base del pene, haciéndolo parecer considerablemente más pequeño.
¿Quieres aprovechar al máximo lo que el buen Dios te dio? Olvídate de todas las pastillas y pócimas que se anuncian en Internet. Son todas un cínico fraude. Para ser todo lo que puedes ser entre las piernas, pierde peso. Pero hazlo por ti mismo porque hay un 84 por ciento de posibilidades de que la mujer de tu vida esté perfectamente contenta con tu pene tal y como está.