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¿Cómo se valora la vida en dólares? Los gobiernos ya lo hacen

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Pero entre 100.000 y 200.000 dólares se ha convertido en el rango estándar, respaldado por muchos economistas de la salud. Además de reflejar las opiniones de los expertos, «esta horquilla se basa en la experiencia de trabajar con los responsables de la toma de decisiones para gestionar el impacto presupuestario de la atención sanitaria», afirma Christopher McCabe, director ejecutivo y consejero delegado del Instituto de Economía de la Salud de Alberta (Canadá).

Sea cual sea el valor, en Estados Unidos no se aplica explícitamente ningún umbral a las decisiones de cobertura sanitaria. Permitir que otros decidan qué cuidados merecen la pena ser pagados y cuáles no, es algo que a muchos les parece desagradable o injusto.

Tendemos a valorar los tratamientos que asisten a las personas que están cerca de la muerte, gastando más en ellos que en tratamientos para otros que, en última instancia, salvan más vidas. Esto también refleja valores que no se traducen fácilmente en matemáticas.

«Todas las formas de decidir cómo utilizar los recursos colectivos son discriminatorias para alguien», dijo el señor McCabe. «Lo mejor que podemos esperar es tomar esas decisiones en un proceso transparente. Un problema fundamental en Estados Unidos es que no hay acuerdo sobre ese proceso»

Muchos países y organizaciones que utilizan la rentabilidad en la atención sanitaria reconocen y asumen este reto. Por ejemplo, el National Institute for Health and Care Excellence de Gran Bretaña es más probable que recomiende la cobertura de un tratamiento si cuesta menos de 20.000 a 30.000 libras (equivalente a 25.000 a 37.000 dólares) por año de vida adicional que proporciona (ajustado por la calidad de vida). Pero no se trata de una regla rígida. El organismo también tiene en cuenta otros factores, como la afección y la población que trata, el nivel de evidencia de la eficacia y la disponibilidad de tratamientos alternativos, entre otros.

Así mismo, el Instituto de Revisión Clínica y Económica -un grupo privado sin ánimo de lucro de Estados Unidos que evalúa la eficacia y el valor de los tratamientos sanitarios- tiene en cuenta la rentabilidad junto con una serie de factores contextuales que probablemente no se tengan en cuenta en ese análisis. Para garantizar que se tengan en cuenta todos los valores, ambos grupos celebran reuniones abiertas e invitan a comentar los borradores de los documentos.

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