Tenemos miedo al cambio porque no podemos anticipar el resultado.
Sin embargo, quedarse quieto puede ser más arriesgado que cambiar. Ya sea en tu carrera o en una relación, corres el riesgo de quedarte atrás si no sigues creciendo.
La paradoja es que aunque rechazamos la incertidumbre, tenemos las habilidades para cambiar y evolucionar. El miedo es una emoción que se interpone en el camino: perdemos la claridad sobre nuestro potencial.
Por un lado, estamos programados para resistirnos a la incertidumbre: nuestro cerebro prefiere un resultado predecible y negativo a uno incierto. Por otro lado, nuestra mente es flexible y adaptable: puede ser entrenada para prosperar en el cambio.
Nuestro miedo al cambio se basa en historias, tanto reales como imaginarias, que nos contamos a nosotros mismos. Narramos nuestras vidas como si estuvieran fuera de nuestro control, nos sentimos como si estuviéramos interpretando un papel que alguien escribió para nosotros.
Tu vida no es un libro escrito por otros, crea tu propia historia. El hecho de que la mayoría de los resultados estén fuera de tu control no significa que no puedas jugar un papel más activo.
Si quieres un resultado diferente, empieza por cambiar tu mentalidad. No eres sólo un personaje; eres el autor de tu vida.
Historias: Por qué tememos el cambio
1. La incertidumbre alimenta nuestros miedos.
A tu cerebro le gusta tener el control. El hambre de certeza es una de las cinco funciones del cerebro. La incertidumbre genera una fuerte respuesta de alerta en nuestro sistema límbico; por eso nos preocupamos. Por eso especulamos: preferimos crear una historia de ficción a no saber qué va a pasar.
2. Aceptar la impermanencia de la vida también nos hace sufrir.
Nos cuesta pasar página. Cuando un trabajo o una relación -incluso el verano- se acaba, nos quedamos estancados. Seguimos repitiendo viejas historias en lugar de abrir nuestra mente a lo que viene después.
Un estudio sobre la construcción de puentes entre el budismo y la psicología occidental muestra cómo abrazar la impermanencia contrarresta los ciclos negativos de la rumiación. Cuando aceptamos que cada historia de la vida tiene un final, podemos relajarnos.
3. Nuestro miedo al fracaso también alimenta nuestra aversión al cambio.
Pero esforzarse por el perfeccionismo puede tener el efecto contrario. Cuando estamos bajo presión, cometemos más errores. Convertirte en el autor de tu vida empieza por replantear tu relación con la incertidumbre, la impermanencia y el perfeccionismo.
Aquí tienes algunos pasos que puedes seguir.
Los fundamentos
- ¿Qué es el miedo?
- Busca un terapeuta para combatir el miedo y la ansiedad
1. Un capítulo no es el libro.
Para empezar un nuevo capítulo en tu vida, primero tienes que terminar uno. A veces nos resistimos a terminar una fase concreta de nuestra vida: confundimos el capítulo con el libro. Puedes escribir infinitas historias en tu vida. Deja espacio para nuevos capítulos: pasa de las historias pasadas.
La vida es como un libro: tienes que pasar la página para empezar un nuevo capítulo.
2. Tu argumento está lleno de opciones.
Cuando te acercas a la vida como un escritor, empiezas a ver posibilidades. Aprendes a dejar de lado las expectativas y a centrarte en lo que puedes controlar. Conviértete en el creador de tu trama, no en un simple espectador.
Tu vida no es el producto de tus circunstancias; es el producto de tus elecciones.
3. Acepta ser imperfecto.
El primer párrafo es el más difícil. Hace falta valor para cruzar la línea de la incertidumbre. Hemingway dijo: «El primer borrador de cualquier cosa es una m*erda». El premio Nobel llevaba la cuenta de sus progresos diarios en un muro. Hemingway no sólo tenía talento: se comprometía a escribir cada día.
Miedo Lecturas Esenciales
Toda historia puede ser perfeccionada. Pero primero hay que escribir el primer borrador.
4. No puedes controlar a los demás.
Los grandes personajes del cine -al igual que las personas reales- tienen vida propia. Un guionista puede definir sus nombres, líneas y personalidades. Sin embargo, una vez que los actores empiezan a interpretar a sus personajes, éstos toman vida propia. Siguen sus instintos, no el guión.
Si quieres que la gente dé lo mejor de sí misma, déjala libre.
5. Prepárate para los giros inesperados.
Hasta los mejores autores sufren el bloqueo del escritor. Saben que deben intentar algo diferente. Lo mismo se aplica a ti. Experimenta. Cambia tu rutina. Sal a pasear si te sientes atascado. Haz algo fuera de tu zona de confort.
Si quieres un resultado diferente, añade un giro argumental.
6. El fracaso es una parada, no un destino.
No todos los capítulos o episodios tendrán éxito. Y no pasa nada: siempre puedes escribir uno nuevo. La belleza de la vida es que puedes corregir el rumbo. Richard Branson dijo: «En los negocios, si te das cuenta de que has tomado una mala decisión, la cambias». No te sientas frustrado por lo que no salió como querías. Utiliza esa energía para escribir el siguiente capítulo.
Las decisiones son impermanentes, como la vida.
7. Suelta tu manuscrito.
Tememos lo inesperado. Sin embargo, la mayoría de las sorpresas de la vida se convierten en grandes recuerdos. No puedes controlar tu vida. Escribe tu guion escena a escena; no anticipes toda la trama. Lleva tus ideas al mundo real y ve lo que ocurre.
No te resistas a lo inesperado: utilízalo como feedback para vivir una vida memorable.
No cierres la puerta a nuevos capítulos. Cuando queremos protegernos de la incertidumbre, perdemos la conciencia del momento presente. Y dejamos de disfrutar de lo que la vida nos da.
Evita vivir con el piloto automático: cada día es una oportunidad para escribir un nuevo capítulo en tu vida. La novela Carrie de Stephen King fue rechazada por 30 editoriales antes de ver la luz.
No te rindas y disfruta del camino.