El levantamiento y la erosión son dos procesos geológicos importantes en el ciclo de las rocas que juegan un papel importante en la modificación de la expresión geológica de los procesos orogénicos.
El alto relieve que se origina cuando se construyen las montañas, crea un desequilibrio dentro de la corteza terrestre. En estas condiciones, la gravedad actúa por medio de la erosión, redistribuyendo la masa desde las mayores alturas hacia las menores en busca del equilibrio definido por el nivel de base.
Después de la construcción de las montañas por la tectónica y el vulcanismo, la meteorización química y la ruptura física modelan la superficie terrestre. Destruirán el exceso de topografía de un cinturón montañoso, convirtiendo las rocas en sedimentos.
La eliminación por erosión de grandes volúmenes de roca de gran altura y su deposición en otro lugar puede dar lugar a un aligeramiento de la carga en la corteza inferior y el manto que puede causar un levantamiento isostático.
Las rocas pueden moverse hacia arriba o hacia abajo en la corteza, dependiendo de las tasas relativas de erosión y engrosamiento, y de su profundidad inicial en la corteza. La exhumación durante el engrosamiento sólo puede producirse si una rápida denudación acompaña al proceso de engrosamiento. Durante el espesamiento homogéneo con erosión que depende de la elevación, la profundidad inicial desde la que las rocas pueden ser exhumadas sólo está determinada por la distribución de la densidad en la columna y es independiente de las tasas de erosión o espesamiento.