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Dilatadores vaginales: Una guía para los profesionales sanitarios

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Los dilatadores vaginales son un tratamiento médico eficaz para las mujeres que experimentan dolor pélvico y dolor durante el coito y han demostrado su éxito clínico durante más de 75 años.

Estos dispositivos (conocidos alternativamente como entrenadores vaginales) son inserciones de diámetro progresivo que se utilizan para estirar la vagina, disminuir el dolor y reducir la ansiedad relacionada con el coito (Tabla 1).

Los dilatadores son prescritos por diversos profesionales de la salud, incluyendo ginecólogos, especialistas en dolor, fisioterapeutas del suelo pélvico, enfermeras, consejeros y psicólogos. La dilatación vaginal también es el estándar de atención para el tratamiento de pacientes transgénero postoperatorios de hombre a mujer que desean mantener la permeabilidad de la neovagina.

Se cree que el uso adecuado reacondiciona y facilita una conexión adaptativa entre el cuerpo y el cerebro para eliminar la ansiedad anticipatoria y las molestias o el dolor pélvico que las mujeres suelen experimentar en previsión de las relaciones sexuales.

Obstáculos para el uso de dilatadores

Según una encuesta realizada a 239 usuarias de dilatadores, el 56,8% de las mujeres había sufrido durante más de 2 años, y el 52% había acudido a más de 3 clínicos antes de iniciar la terapia con dilatadores.1 Un obstáculo importante para la atención oportuna es la aprensión de las pacientes a hablar de cuestiones íntimas con cualquiera, incluido su profesional médico.

Los profesionales de la salud suelen ser negligentes a la hora de hablar de los síndromes de dolor sexual, y estos problemas a menudo no se abordan en la visita clínica.

Obstáculos adicionales para una evaluación eficaz son la falta de habilidades de comunicación, las limitaciones de tiempo y las consideraciones de reembolso. Muchas mujeres que están siendo tratadas con dilatadores vaginales se han autodiagnosticado su afección y han buscado tratamientos de venta libre.

Mira: Dilatadores vaginales con Michael Krychman, MD

Liu et al publicaron una encuesta realizada por un fabricante que mostraba que el 70% de las mujeres que compraron su dispositivo de dilatación lo utilizaron sin la orientación directa de un clínico.1 Hay cierta información sobre el tratamiento autodirigido de las afecciones de dolor pélvico que está disponible directamente para los consumidores en blogs en línea, tablones de mensajes y sitios para compartir vídeos.

Además, los dilatadores pueden desempeñar un papel en el placer sexual, y algunas mujeres informan de una mejora de la sensualidad y la sexualidad tras su uso. Los datos científicos publicados sobre el uso de dilatadores son mínimos. Faltan estudios sobre la evaluación de los protocolos de tratamiento óptimos, pero un breve informe sobre el uso actual de dilatadores es apropiado para los ginecólogos y obstetras.

Resumen de los datos publicados

Liu et al1 resumieron la investigación sobre dilatadores publicada recientemente en un artículo de revisión, «Vaginal Dilators: Issues and Answers» en la revista científica Sexual Medicine Reviews y señalaron que los datos publicados con más frecuencia describen el tratamiento de mujeres posmenopáusicas que también tienen un diagnóstico de síndrome genitourinario de la menopausia y o dispareunia.

Varios estudios también muestran altas tasas de dispareunia en supervivientes de cáncer de mama, ginecológico y colorrectal, especialmente entre las que han recibido braquiterapia en la región pélvica. Estos estudios muestran que muchas de estas pacientes pueden beneficiarse del uso de dilatadores en la rehabilitación sexual. Sin embargo, los protocolos óptimos para la frecuencia de uso de los dilatadores y la duración de las sesiones con dilatadores aún están por determinar y confirmar en la literatura científica.2

Características de los dilatadores

Los dilatadores vaginales han sido históricamente dispositivos médicos cilíndricos que aumentan secuencialmente de diámetro y/o longitud. Se colocan dentro de la vagina para ayudar a expandir los tejidos vaginales que pueden estar contraídos debido a la atrofia vaginal, el aumento del espasmo muscular pélvico o el daño fibrótico exógeno debido a la quimioterapia o la braquiterapia.

Al estirar terapéuticamente los tejidos fibróticos tensos, estos dispositivos facilitan la relajación del revestimiento vaginal.3 En última instancia, el uso constante de dilatadores puede ayudar a una paciente a recuperar la relajación del suelo pélvico y proporcionar un método de modificación del comportamiento.4 A menudo denominados entrenadores vaginales, los dilatadores siguen siendo una parte integral del plan de tratamiento médico general para una amplia variedad de afecciones médicas genitopélvicas.

Pueden estar fabricados con materiales que incluyen, entre otros, plástico de calidad médica, látex, vidrio y silicona. También pueden tener características aditivas especiales (Tabla 2). No se han realizado estudios clínicos comparativos entre los distintos tipos de dilatadores.

Los factores que influyen en la elección de los dilatadores por parte de los profesionales de la salud incluyen la facilidad de uso por parte del paciente, la asequibilidad, el material y la durabilidad.

Incorporación de los dilatadores al paradigma de tratamiento

El cumplimiento del uso de los dilatadores sigue siendo bajo, y algunos estudios informan de tasas de cumplimiento inferiores al 25%.3 Los intervalos mal definidos, los tamaños limitados de los dilatadores y la dificultad para pasar de un tamaño a otro siguen siendo obstáculos difíciles.5 Oelschlager et al6 analizaron la terapia con dilatadores vaginales en pacientes con agenesia vaginal e informaron de un paradigma de tratamiento integral.

La disposición de la paciente para la dilatación y la alta motivación de la paciente para la dilatación son predictivas del cumplimiento y el éxito. Además, los autores esbozaron un plan integral para la educación e instrucción de las pacientes en relación con los dilatadores: Se debe aconsejar a los pacientes que vacíen antes de dilatar, que se coloquen en posición semirrecostada y que utilicen los dispositivos con lubricante y/o pomada tópica de lidocaína si experimentan dolor.

Los profesionales de la salud deben confirmar que las pacientes conocen y comprenden su propia anatomía pélvica y vaginal. Se informó de que una dilatación más frecuente (de 2 a 4 veces al día) era una variable vinculada a una mayor tasa de éxito anatómico en comparación con la dilatación una sola vez al día. Por lo tanto, los autores animan a las pacientes a dilatar con la mayor frecuencia posible.

Alternamente, en los datos de lanzamiento de la encuesta del dilatador Milli™, los pacientes que dilataron entre 15 y 20 minutos informaron de las mayores reducciones de ansiedad y dolor. Parecía que entre 15 y 20 minutos era la duración óptima de la dilatación para tener éxito.

Además, las actividades que parecían distraer al paciente, como ver la televisión, la respiración profunda o las técnicas de relajación, se asociaron a grandes reducciones del dolor y la ansiedad.1

Los pacientes a los que se animó a utilizar sus dilatadores antes del coito presentaron una reducción del dolor y la ansiedad.

Aunque no existe un consenso actual en el campo, muchos expertos en medicina sexual recomiendan que sus pacientes se dilaten como mínimo 3 veces a la semana durante no más de 10 a 15 minutos por sesión para evitar el agotamiento del paciente/ dilatador. Las mejores prácticas incluyen la provisión de instrucciones detalladas sobre el dilatador en cuanto a la posición, el intervalo y la duración del uso, seguidas de una estrecha vigilancia y frecuentes visitas de seguimiento con el profesional de la salud.

Un enfoque multidisciplinar para el manejo de estos complejos problemas ginecológicos suele ser mejor con un paradigma de tratamiento multimodal, que incluye terapia cognitivo-conductual, mindfulness, biofeedback, respiración rítmica, medicamentos vaginales y sistémicos, y entrenamiento para disminuir la ansiedad anticipatoria. Los fisioterapeutas del suelo genitopélvico son un componente importante e integral del esquema de tratamiento y deben participar activamente en el plan de tratamiento.7

Conclusión

Los dilatadores son un modo de tratamiento importante y complementario para las mujeres con síndromes de dolor pélvico o sexual. Siguen siendo infrautilizados e infraprescritos.

La investigación futura debe centrarse en la frecuencia y duración óptimas de las sesiones de dilatación necesarias para lograr el resultado clínico deseado, al tiempo que se minimiza el incumplimiento de las pacientes. Deben realizarse estudios comparativos con medidas de resultados validadas que comparen dilatadores de distintos materiales.

Esta investigación ayudará a los médicos a guiar a sus pacientes hacia una terapia con dilatadores eficaz y basada en la evidencia para ayudar a mitigar la ansiedad anticipatoria con el coito doloroso y acelerar el retorno al coito.

Acerca de los autores

El DR. KRYCHMAN es un ginecólogo especializado en salud sexual y medicina de supervivencia. Es director ejecutivo del Southern California Center for Sexual Health and Survivorship Medicine Inc. en Newport Beach, California.

El DR. LIU es ginecólogo en la Universidad de California, Irvine.

DANIEL MELLER es estudiante de cuarto año de medicina en la Universidad de California, Irvine.

  1. Liu M, Juravic M, Mazza G, Krychman ML. Vaginal Dilators: Issues and Answers Sex Med Rev. 2020;S2050-0521(19)30125-8. doi:10.1016/j.sxmr.2019.11.005
  2. Melnik T, Hawton K, McGuire H. Intervenciones para el vaginismo. Cochrane Database Syst Rev. 2012;12.
  3. Lee Y. Percepción y adherencia de las pacientes al tratamiento con dilatadores vaginales: una revisión sistemática y una síntesis que emplea el interaccionismo simbólico. El paciente prefiere la adherencia. 2018;12:551-560.
  4. Idama O, Pring T DW. Terapia con dilatadores vaginales: una opción ginecológica ambulatoria en el manejo de la dispareunia. J Obstet Gynaecol. 2000; 20:303-305.
  5. Macey K, Gregory A, Nunns D, et al. Women’s experiences of using vaginal trainers (dilators) to treat vaginal penetration difficulties diagnosed as vaginismus: a qualitative interview study. BMC Womens Health. 2015;15:49.
  6. Oelschlager A, Debiec K. Terapia con dilatadores vaginales: una guía para los proveedores para evaluar
  7. la disposición y apoyar a los pacientes durante el proceso. J Pediatr Adolesc Gynecol. 2019;32: 354e358.
  8. Conforti C., Genitopelvic pain penetration disorder (gppd) an overview of current terminology, etiology and treatment. Univ Ottawa J Med. 2017;7:48-53.

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