Hay muchos factores que pueden causar el amor obsesivo. En las secciones siguientes se analizan estos factores con más detalle.
Erotomanía y otros trastornos delirantes
Las condiciones de salud mental como el trastorno bipolar I y la esquizofrenia, así como los síntomas desencadenados por el trastorno por consumo de alcohol, pueden causar delirios de erotomanía.
Esto no es lo mismo que el amor obsesivo, pero puede ser un síntoma de una condición de salud mental mucho más grave.
La erotomanía es un trastorno delirante poco frecuente que puede hacer que una persona crea que el destino requiere una relación específica. La persona puede incluso engañarse a sí misma creyendo que una relación que terminó hace tiempo sigue siendo amorosa y saludable.
La erotomanía también puede hacer que una persona crea que otra persona la ama. A veces, el objeto de su amor puede ser incluso alguien que no conoce. Por ejemplo, pueden creer que tienen una relación inexistente con una celebridad.
Algunos delirios pueden ser tan extremos que hacen que la persona se involucre en acoso, abuso o comportamiento violento. La erotomanía también implica síntomas de paranoia.
Un estudio de caso de 2017 sostiene que las redes sociales pueden empeorar la erotomanía. Esto se debe a que permite a las personas con tendencias obsesivas observar a los demás desde la distancia, y sentirse más cerca de ellos de lo que podrían sentir de otra manera.
Es importante reiterar que la erotomanía es muy diferente al amor obsesivo.
Aprende más sobre la erotomanía aquí.
Trastorno límite de la personalidad
Las personas con trastorno límite de la personalidad pueden temer intensamente el abandono y tener problemas para manejar sus emociones. Por ejemplo, sus emociones pueden parecer desproporcionadas a la situación, y pueden obsesionarse con sus relaciones.
A menudo ven las cosas en términos de blanco y negro, alternando entre ver a una persona como completamente buena o completamente mala. Esto puede hacer que intenten controlar a los demás o manipular a sus parejas para que permanezcan en la relación.
Las personas con este trastorno pueden no tener una identidad consistente o un sentido del yo. Esto puede empeorar las tendencias obsesivas, ya que pueden luchar para verse a sí mismos como reales o dignos individualmente, separados de sus relaciones.
Trastornos del apego
La capacidad de una persona para formar vínculos saludables con los demás comienza en la infancia. Las personas cuyos padres o cuidadores fueron inestables o abusivos pueden desarrollar patrones anormales de apego. Esto puede hacer que se vuelvan obsesivos, controladores o temerosos en sus relaciones.
Las personas con estilos de apego inseguro o reactivo pueden sentirse preocupadas por el miedo a la pérdida. Pueden sentirse incapaces de hacer frente a la situación sin una relación y estar dispuestas a hacer cualquier cosa para mantener a su pareja.
A veces, el apego inseguro mantiene a una persona en una relación abusiva porque teme perderla. En otros casos, puede hacer que una persona se vuelva abusiva en un intento desesperado por mantener a su pareja.
Trauma y miedo al abandono
Algunas personas tienen tanto miedo al abandono que desarrollan tendencias obsesivas. Esto puede provenir de un trastorno del apego o surgir después de un trauma.
Por ejemplo, una persona cuyo cónyuge murió puede estar aterrorizada de perder a su pareja actual. Esto podría dar lugar a que tomen medidas inusuales o poco saludables para «protegerla».
Otras condiciones de salud mental
Una amplia gama de condiciones de salud mental puede distorsionar o alterar la perspectiva de una persona, haciéndola más temerosa, obsesiva o deprimida. Esto puede aumentar su riesgo de obsesionarse con su relación.
Por ejemplo, una persona con depresión puede creer que es indigna y está sola, o que el único aspecto de su vida que merece la pena es su relación. Esto puede provocar sentimientos o comportamientos obsesivos.
Aprenda más sobre los diferentes tipos de trastorno de la personalidad aquí.
Normas sociales y culturales
Algunas normas sociales y culturales exigen más de una pareja que de la otra. Esto podría significar que algunos padres y cuidadores exponen a sus hijos a estos estilos de relación poco saludables durante su crianza.
Por ejemplo, estar expuesto a varias «normas» de relación durante la infancia podría hacer que algunas personas crezcan creyendo que el amor significa propiedad, o que su pareja debe hacer todo lo que quiera para demostrar su amor.
Estos patrones de pensamiento son un sello distintivo de la «masculinidad tóxica». Las personas con este rasgo pueden creer que es aceptable que los varones traten a sus parejas de forma física o emocionalmente dañina. Los que muestran signos de masculinidad tóxica también pueden ser controladores, exigir a sus parejas más de lo que están dispuestos a dar, o abusar de las parejas que rompen sus «reglas».