Los primeros colonos de Maryland llegaron a la isla de San Clemente, en la costa occidental de Maryland, y fundaron el asentamiento de Santa María.
En 1632, el rey Carlos I de Inglaterra concedió una carta a George Calvert, el primer Lord Baltimore, cediéndole los derechos de propiedad de una región al este del río Potomac a cambio de una parte de los ingresos derivados de la tierra. El territorio recibió el nombre de Maryland en honor a Henrietta Maria, la reina consorte de Carlos I. Antes de que se iniciara el asentamiento, George Calvert murió y le sucedió su hijo Cecilius, que trató de establecer Maryland como un refugio para los católicos romanos perseguidos en Inglaterra. En marzo de 1634, los primeros colonos ingleses -un grupo cuidadosamente seleccionado de católicos y protestantes- llegaron a la isla de San Clemente a bordo del Arca y la Paloma.
El conflicto religioso fue fuerte en los años siguientes, ya que los puritanos americanos, cada vez más numerosos en Maryland y apoyados por los puritanos de Inglaterra, se propusieron revocar las libertades religiosas garantizadas en la fundación de la colonia. En 1649, el gobernador de Maryland, William Stone, respondió aprobando una ley que garantizaba la libertad religiosa y la justicia a todos los que creyeran en Jesucristo. Sin embargo, en 1654, la llamada Ley de Tolerancia fue derogada después de que los puritanos se hicieran con el control de la colonia, lo que condujo a una breve guerra civil que terminó con la pérdida del control de los derechos de propiedad sobre Maryland por parte de Lord Baltimore en marzo de 1655.
Aunque los Calvert recuperaron más tarde el control de Maryland, la actividad anticatólica persistió hasta el siglo XIX, cuando muchos inmigrantes católicos en América eligieron Baltimore como su hogar y ayudaron a promulgar leyes para proteger su libre práctica de la religión.
Lee más: Las 13 colonias originales