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El diagnóstico de la tiroiditis de Hashimoto

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Se utilizaron métodos informáticos para estimar la utilidad de varios signos clínicos y pruebas de laboratorio en el diagnóstico de la tiroiditis linfocítica crónica (de Hashimoto). La información se extrajo de los registros de 217 pacientes con esta enfermedad atendidos en dos hospitales del sur de California. Los parámetros estudiados incluían las características físicas de la glándula tiroidea; el aspecto de la gammagrafía tiroidea radioisotópica; la respuesta a una prueba de descarga de perclorato; el título de anticuerpos antitiroglobulina en suero; la concentración de TSH en suero medida por radioinmunoanálisis; la respuesta de captación de radioyodo en la tiroides a la estimulación exógena de TSH; y la diferencia de PBI-T4I en suero. De los anteriores, se suprimió la diferencia PBI-T4I, por tener un valor limitado. La prueba de estimulación de TSH y la medición de TSH en suero se consideraron formas alternativas de evaluar la reserva tiroidea. Por tanto, quedaron cinco marcadores diagnósticos, todos ellos útiles pero no definitivos. Se probaron los métodos informáticos y de regla empírica (dos o más de los cinco marcadores positivos) para diagnosticar con éxito a 145 pacientes con tiroiditis de Hashimoto comprobada por el examen patológico del tejido biopsiado; 23 de ellos eran pacientes no utilizados en el conjunto de datos original. Como regla general, se encontró que la tiroiditis de Hashimoto es el diagnóstico probable si dos o más de los cinco marcadores útiles están a su favor. Para obtener los mejores resultados, deben probarse cuatro y, preferiblemente, todos los cinco criterios. Si se hace esto, la precisión diagnóstica esperada para los pacientes con enfermedad de Hashimoto es, por el método de la regla del pulgar, un 67% de aciertos, un 21% de indecisiones y un 12% de falsos negativos; por los métodos informáticos es un 88% de aciertos, un 4% de indecisiones y un 8% de falsos negativos. Por cada método, el número de diagnósticos falsos positivos fue equivalente al 25% del total de pacientes con esta enfermedad. Los resultados falsos positivos se produjeron casi todos en pacientes con bocio asociado a un defecto en la síntesis de la hormona tiroidea.

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