Desde 1936, el emplazamiento arqueológico de Olimpia acoge la ceremonia del encendido de la llama olímpica para los juegos de verano. En 1964, el sitio comenzó a utilizarse también para los juegos de invierno. Este evento especial está abierto al público y puedes venir a verlo por ti mismo.
La Llama Olímpica es el símbolo más poderoso del movimiento olímpico. No sólo representa las virtudes de la competición deportiva moderna, sino que también guarda un vínculo con la antigüedad.
Según el ritual, la Suma Sacerdotisa, acompañada por un grupo de sacerdotisas, procede a la iluminación en el altar frente al Templo de Hera. Aquí, llama a Apolo, el Dios de la Luz, para que envíe los rayos del sol para que se encienda la antorcha. La llama olímpica nace casi siempre en pocos segundos, después de colocar la antorcha en el centro de un espejo cóncavo.
En la tradición moderna, la Sacerdotisa Principal pasa la llama al primer portador de la antorcha y luego comienza el relevo de la antorcha que termina en el Estadio Olímpico de la ciudad anfitriona unos meses después.