El dolor de espalda puede ser insoportable. Así que parece que hacerse una radiografía, un TAC o una resonancia magnética para encontrar la causa sería una buena idea. Pero eso no suele ser así. He aquí por qué:
No le ayudan a mejorar más rápido.
La mayoría de las personas con dolor lumbar se sienten mejor en aproximadamente un mes, tanto si se hacen una prueba de imagen como si no. De hecho, esas pruebas pueden conducir a procedimientos adicionales que complican la recuperación. Por ejemplo, un amplio estudio de personas con dolor de espalda descubrió que aquellos que se sometieron a pruebas de imagen poco después de comunicar el problema no mejoraron y a veces lo hicieron peor que las personas que tomaron medidas sencillas como aplicar calor, mantenerse activos y tomar un analgésico de venta libre. Otro estudio descubrió que los enfermos de dolor de espalda que se sometieron a una resonancia magnética en el primer mes tenían ocho veces más probabilidades de ser operados, pero no se recuperaron más rápido.
Pueden suponer riesgos.
Las radiografías y las tomografías computarizadas le exponen a la radiación, que puede aumentar el riesgo de cáncer. Aunque las radiografías de la espalda emiten menos radiación, aún pueden dar 75 veces más radiación que una radiografía de tórax. Esto es especialmente preocupante para los hombres y las mujeres en edad fértil, ya que las radiografías y los TAC de la parte baja de la espalda pueden exponer los testículos y los ovarios a la radiación. Además, las pruebas suelen revelar anomalías en la columna vertebral que podrían no tener ninguna relación con el dolor. Esos hallazgos pueden causar una preocupación innecesaria y conducir a pruebas y procedimientos de seguimiento innecesarios, como inyecciones o, a veces, incluso cirugía.
¿Cuándo tienen sentido las pruebas de imagen?
Puede ser una buena idea hacerse una prueba de imagen de inmediato si tiene signos de daño nervioso grave o que empeora, o un problema subyacente grave como el cáncer o una infección de la columna vertebral. Las «banderas rojas» que pueden alertar a su proveedor de atención médica de que puede merecer la pena realizar una prueba de imagen son:
- Antecedentes de cáncer.
- Pérdida de peso inexplicable.
- Fiebre.
- Infección reciente.
- Pérdida de control de los intestinos o de la vejiga.
- Reflejos anormales o pérdida de fuerza muscular o de sensibilidad en las piernas.
Si no presenta ninguno de estos síntomas adicionales, probablemente no necesite una prueba de imagen. Su mejor enfoque sería seguir las medidas de autocuidado descritas a la derecha. El dolor de espalda suele ser recurrente y es típico que sus síntomas aparezcan y desaparezcan. Eso no significa que algo vaya mal, simplemente es la forma en que se comporta la mayoría de los dolores de espalda.
¿Cómo debe tratar el dolor de espalda baja?
Su proveedor de atención médica puede aconsejarle sobre la mejor manera de tratar su dolor de espalda baja. La mayoría de las personas superan el dolor de espalda en unas pocas semanas, y estos sencillos pasos podrían ayudar:
Manténgase activo. Descansar en la cama durante más de un día o así puede causar rigidez, debilidad, depresión y una recuperación lenta.
Aplique calor. Una almohadilla térmica, una manta eléctrica o un baño o ducha caliente relajan los músculos.
Considere la posibilidad de tomar medicamentos de venta libre. Entre las buenas opciones están los analgésicos como el paracetamol (Tylenol y genérico) o los antiinflamatorios como el ibuprofeno (Advil y genérico) y el naproxeno (Aleve y genérico).
Duerma cómodamente. Acostarse de lado con una almohada entre las rodillas o acostarse de espaldas con unas cuantas almohadas debajo de las rodillas podría ayudar.
Hable con su proveedor de atención médica. Si los síntomas no mejoran después de unos días, considere la posibilidad de consultar a un proveedor de atención médica para asegurarse de que el problema no proviene de un problema de salud subyacente grave.