¿Te encuentras pensando repetidamente en experiencias desagradables? Si es así, estás rumiando. Por desgracia, la rumiación no conduce a una mejor comprensión de la situación – y no resuelve el problema preocupante.
5 razones para dejarlo
1. La rumiación está asociada a la depresión. Las investigaciones demuestran que las personas que rumian son más propensas a desarrollar depresión en comparación con las que no lo hacen. En una encuesta realizada a 1.300 adultos, se descubrió que los rumiantes desarrollaban una depresión mayor con una frecuencia cuatro veces mayor que los no rumiantes.
2. Se asocia con el trastorno de estrés postraumático (TEPT). En un estudio sobre los residentes que sufrieron el terremoto de San Francisco en 1989, los que se autoidentificaron como rumiantes mostraron posteriormente más síntomas de TEPT y también de depresión.
3. Aleja a los amigos y a otras personas. La investigación ha descubierto que, aunque los rumiantes piden ayuda más que los no rumiantes, reciben menos y la gente suele responderles con frustración.
4. Es probable que guardes rencor durante mucho más tiempo del necesario, ya que tiendes a insistir en lo que ha ocurrido en el pasado. Esto puede afectar a su capacidad para avanzar a partir de los acontecimientos negativos, incluso si las cosas han cambiado para mejor.
5. La perspectiva negativa de los rumiantes perjudica su capacidad para resolver problemas. Les cuesta encontrar buenas soluciones a los problemas hipotéticos e incluso cuando se les ocurren soluciones, su incertidumbre y baja confianza les impide tomar cualquier acción que les ayude a avanzar.
5 formas de romper el ciclo de rumiación
1. Distraerse. Toma conciencia de cuándo empiezas a rumiar y da el paso activo de buscar formas de distraerte. Esto puede implicar hacer tareas, hablar con los amigos, ver una película o incluso dormir.
2. Haga un plan de acción. Comience por dar pequeños pasos para resolver el problema en el que piensa repetidamente. Esto detendrá la rumiación en su camino.
3. Cuestione la validez de su pensamiento e interpretaciones. Cuando reconoce la falta de exactitud de lo que piensa, es más probable que deje de rumiar.
4. Deje de lado los objetivos perfeccionistas inalcanzables en la vida y céntrese en lo que es más alcanzable. Esto reducirá la rumiación sobre los porqués, los cómos y los deberías.
5. Desarrolle fuentes adicionales de autoestima. Si sólo se siente bien consigo mismo en una o dos áreas, como su trabajo o sus hijos, corre el riesgo de perder la autoestima si deja de trabajar o sus hijos se mudan. Explora más áreas que puedan aportarte una sensación de satisfacción y que afecten positivamente a tu autoestima. Esto también te llevará a rumiar menos, lo que te pone de mucho mejor humor.
Suma Chand, MPhil, PhD, es una psicóloga clínica especializada en terapia cognitivo-conductual. Es profesora asociada en el Departamento de Neurología & Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Saint Louis.