¿Qué es un enfermo terminal?
Enfermedad terminal es un término médico que se refiere a una persona que tiene una enfermedad que no se puede curar y que finalmente le llevará a la muerte. Normalmente, un médico utilizará un rango de días, meses o años para pronosticar la esperanza de vida de alguien que tiene una enfermedad terminal. Durante ese tiempo, el paciente a menudo querrá poner sus asuntos en orden y planificar en consecuencia, incluyendo el cálculo de sus finanzas y la planificación de su patrimonio.
Claves para entender
- Enfermedad terminal es una condición en la que una persona tiene una enfermedad o malestar incurable que finalmente resultará en su muerte.
- Las personas con enfermedades terminales suelen llevar a cabo una serie de tareas financieras y administrativas con el fin de liquidar sus obligaciones financieras y asignar los bienes a sus beneficiarios tras el fallecimiento.
- La planificación del estado, incluyendo testamentos, fideicomisos, poderes notariales y directivas médicas, son todas tareas importantes a completar, especialmente si uno es un enfermo terminal.
Entendiendo a los enfermos terminales
Los enfermos terminales y las personas más cercanas a ellos tienen varias tareas administrativas a considerar cuando evalúan el proceso del final de la vida. Entre otras, las cuestiones relevantes incluyen la evaluación del alcance de la cobertura del seguro médico del enfermo, la cobertura por discapacidad, el seguro de vida y los documentos de planificación patrimonial.
Una consideración clave es el coste de vivir con la enfermedad y lo que cubrirá el seguro médico de la persona. Las preguntas que hay que responder incluyen comprender el alcance de la cobertura, precisar cualquier máximo de por vida relevante y determinar la posible elegibilidad de los tratamientos experimentales y el seguro de incapacidad, incluido el uso de las prestaciones de incapacidad de la Seguridad Social.
Las pólizas de seguro de vida existentes pueden cubrir algunos costes. Por ejemplo, el titular de la póliza puede aprovechar el valor en efectivo que tiene la póliza, ya sea retirándolo directamente y renunciando al derecho a una prestación por fallecimiento o pidiendo un préstamo con cargo al mismo. Como alternativa, algunos contratos de seguro de vida permiten al titular de la póliza cobrar una prestación por fallecimiento acelerada que no se computa en los ingresos brutos de la persona.
Un acuerdo de viabilidad podría ser otra opción a considerar por parte de un enfermo terminal. En este escenario, el asegurado vende su póliza a un tercero que paga un porcentaje de la prestación por fallecimiento normal de la póliza. Al igual que en el caso de la indemnización por fallecimiento acelerada, los beneficios recibidos se excluyen de los ingresos brutos.
Los enfermos terminales y la planificación del patrimonio
Es importante que los enfermos terminales y sus asesores revisen y actualicen la información clave relativa a su patrimonio. Por ejemplo, un testamento vital da a la persona el control de su tratamiento médico, incluyendo si debe ser retenido en caso de que la persona quede incapacitada. Este documento también puede denominarse directiva médica anticipada.
Además, debe redactarse, actualizarse o revisarse una última voluntad y testamento. Al hacerlo, se garantizará que la persona pueda dirigir sus deseos al final de la vida, incluida la asignación de activos, como considere oportuno. Entre otras cosas, el testamento debe contemplar el nombramiento de tutores, albaceas y fideicomisarios. El enfermo terminal puede querer asignar un apoderado sanitario, que permita a otra persona tomar decisiones médicas en su nombre, en caso de que no pueda hacerlo. Como parte de ese proceso, el apoderado debe asegurarse de conocer cómo quiere la persona que se desarrolle su atención sanitaria y tomar decisiones representativas del plan.
Al margen de la atención sanitaria, otorgar a alguien un poder en caso de incapacidad puede ser beneficioso a la hora de gestionar y, en su caso, resolver los asuntos de una persona. El poder notarial otorga a otra persona la capacidad de actuar en nombre de alguien en términos de asuntos legales, financieros y comerciales.