Una de las reglas más estrictas de la raza Pura Sangre es que un caballo registrado debe descender de uno de los tres padres fundadores: El árabe Darley, el árabe Godolphin o el turco Byerley. Un estudio publicado en la revista Scientific Reports sugiere que esos sementales podrían no haber sido árabes en absoluto.
El estudio, dirigido por Ben Shykind de Prevail Therapeutics y Elissa J. Cosgrove y Raheleh Sadeghi, de la Universidad de Cornell, examinó la composición genética de 378 caballos árabes de 12 países diferentes para ver cómo se relacionaban los árabes con otras razas de caballos y no encontró «ninguna contribución genómica significativa de la raza árabe al caballo de carreras Thoroughbred, incluyendo la ascendencia del cromosoma Y».»
Sin embargo, el estudio sí encontró «fuertes evidencias» de sangre Pura Sangre en las últimas generaciones para los árabes utilizados en las carreras planas.
Los tres sementales fundadores que son la base del Pura Sangre moderno fueron importados a Inglaterra desde Oriente Medio en las primeras décadas del 1700. Sin embargo, el análisis de los haplotipos del cromosoma Y (genes que se heredan de un solo progenitor) del Darley Arabian descubrió que su linaje se remonta en realidad al extinto caballo turcomano, una antigua raza de Oriente Medio y Asia Central incluida en el mismo grupo de razas de «caballos orientales» que los árabes, pero una rama diferente.
El estudio no pone en duda la existencia del semental de Thomas Darley comprado en Oriente Medio que llegó a dar forma al moderno Thoroughbred, pero sí sugiere que «su raza era probablemente de origen genético aún desconocido», y que la nomenclatura del caballo daba lugar a la idea de que el caballo era efectivamente un árabe, por lo que su descendencia procedía de esa raza. Las dudas sobre el verdadero origen genético de la raza purasangre, se señala en el estudio, se plantearon hace dos décadas en el libro de Alexander Mackay-Smith «Speed and the Thoroughbred: The Complete History».
Al trazar los 378 caballos incluidos en el estudio según su uso -incluidas las carreras de resistencia, las carreras planas y las exhibiciones-, los 34 árabes utilizados para las carreras planas compartían la mayor parte de la composición genética con los Purasangre, mientras que los criados con fines de exhibición se remontaban a la rama egipcia de la raza árabe, y los corredores de resistencia seguían el rastro del ala polaca. Los investigadores hallaron segmentos genómicos en los árabes de carreras que se remontaban a los purasangres y que oscilaban entre el 2% y el 62%, con algunos cromosomas de longitud casi completa procedentes de los purasangres.
Cinco de los 10 caballos de carreras árabes macho se remontaban directamente al turco Byerley a través de sus cromosomas Y. Otros tres compartían a Whalebone, un importante semental de Pura Sangre a principios del siglo XIX, como ancestro común.
«La presencia de haplogrupos del cromosoma Y específicos de Thoroughbred entre los caballos de carreras árabes indica que los grandes bloques cromosómicos de origen Thoroughbred detectados en los caballos árabes de carreras planas se derivan probablemente, al menos en parte, de cruces con sementales Thoroughbred que se produjeron después de la aparición del haplotipo «Whalebone» en la década de 1800″, dice el estudio.
Lea más sobre el estudio, Genome Diversity and the Origin of the Arabian Horse, aquí.
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