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Farmacia Popular: Síndrome de la serotonina

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Tomo Zoloft (sertralina) para la depresión, pero hace poco tuve una experiencia aterradora. Gozo de una excelente salud física. Para aliviar un resfriado, tomé una dosis de una fórmula para el resfriado que contiene dextrometorfano. La caja advertía sobre los antidepresivos de la clase MAOI. No decía nada sobre el Zoloft.

Alrededor de una hora después, empecé a sentir dolor en el pecho, falta de aire, temblores y hormigueos. Llamaron a los paramédicos y descubrieron que mi electrocardiograma y mi presión arterial estaban bien, pero mi corazón estaba acelerado. Tuve un ataque de pánico de libro. Nunca había tenido uno antes.

Cuando volví a rellenar el Zoloft, leí la letra pequeña que me proporcionó el farmacéutico. Me di cuenta, enterrado en una larga lista de nombres de medicamentos, de que el dextrometorfano figuraba como perjudicial en combinación con el Zoloft. Con tantos estadounidenses que toman antidepresivos ISRS, ¿no debería haber una advertencia sobre esta interacción?

Es posible que haya sufrido el síndrome de la serotonina. Cuando se acumula una cantidad excesiva de esta sustancia química cerebral, los síntomas pueden incluir agitación, aceleración de los latidos del corazón, contracciones musculares, sudoración, escalofríos, náuseas, diarrea, elevación de la temperatura corporal, cambios en la presión arterial y confusión mental.

El dextrometorfano (DM) se encuentra en muchos medicamentos para la tos y el resfriado, como Robitussin DM y NyQuil. Aunque existe una advertencia sobre las interacciones con los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), no se mencionan los antidepresivos ISRS como Prozac (fluoxetina) o Zoloft. Sin embargo, se ha notificado el síndrome de la serotonina cuando se toma DM con este tipo de antidepresivos (Clinical Toxicology, septiembre de 2008).

Me gradué en la escuela de enfermería en 1986. Mi primer trabajo fue en cuidados de larga duración. Por desgracia, teníamos algunos pacientes con grandes escaras. Nos dijeron que mezcláramos un lote de azúcar y gel de Betadine para poder taponar las heridas y cubrirlas con un apósito estéril. Los resultados eran a veces sorprendentes. Cuando todo lo demás falla, algunos de los remedios de antaño funcionan bien.

La primera vez que oímos hablar de este método fue a través de un lector de esta columna hace 25 años. Después de investigar un poco, encontramos un artículo en el Journal of the American Medical Assn. (8 de enero de 1973) en el que se describía el uso de azúcar para las escaras difíciles de tratar. El médico describió una tasa de curación del 80% durante cinco años de estudio. Especuló que los gránulos crean una irritación local que estimula la formación de tejido y la reparación de la herida. El azúcar también es bactericida.

Joe Graedon es farmacólogo, y Teresa Graedon es experta en antropología médica y nutrición. https://www.peoplespharmacy.com.

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