Las Naciones Unidas son la principal organización mundial para deliberar sobre asuntos de paz y seguridad, pero su trabajo abarca mucho más que el mantenimiento de la paz y la prevención de conflictos. El sistema de la ONU incluye decenas de entidades dedicadas a una serie de áreas que incluyen la salud y las necesidades humanitarias y el desarrollo económico y cultural. Como miembro fundador de las Naciones Unidas y anfitrión de su sede, Estados Unidos ha sido uno de los principales guías y financiadores de la organización durante más de setenta años.
Estados Unidos sigue siendo el mayor donante de las Naciones Unidas, aportando aproximadamente 10.000 millones de dólares en 2018, algo menos de una quinta parte del presupuesto colectivo del organismo. Aunque el presidente Donald J. Trump ha buscado importantes recortes en la financiación de las agencias de la ONU, el Congreso ha aprobado en general contribuciones más altas que las solicitadas por su administración, y la financiación general de Estados Unidos se ha mantenido a la par con años anteriores. Sin embargo, si los recortes propuestos por el presidente Trump para el gasto en ayuda exterior salen adelante este año, es probable que las Naciones Unidas se vean obligadas a sufrir cambios significativos.
¿Cómo se financia la ONU?
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Los 193 miembros de las Naciones Unidas están obligados a realizar pagos a ciertas partes de la organización como condición para ser miembros. La cantidad que cada miembro debe pagar, conocida como su cuota, varía ampliamente y se determina mediante una compleja fórmula que tiene en cuenta la renta nacional bruta y la población.
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Estas contribuciones obligatorias ayudan a financiar el presupuesto ordinario de las Naciones Unidas, que cubre los costes administrativos y unos pocos programas, así como las operaciones de mantenimiento de la paz. En 2018, Estados Unidos pagó el 22 y el 28 por ciento de estos presupuestos, respectivamente. Las cuotas también financian otros organismos de la ONU, como el Organismo Internacional de Energía Atómica y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los miembros también pueden hacer contribuciones voluntarias. Muchas organizaciones de la ONU, como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), dependen principalmente de la financiación discrecional.
¿Cuánto paga Estados Unidos?
El gobierno de Estados Unidos contribuyó con algo más de 10.000 millones de dólares a las Naciones Unidas en 2018, el año fiscal más reciente con datos completos disponibles. Alrededor de dos tercios de este total fue voluntario y un tercio fue asignado. Esto representa aproximadamente una quinta parte de los 50.000 millones de dólares que Estados Unidos gasta anualmente en ayuda exterior. En comparación, eso es aproximadamente lo que el gobierno asigna anualmente a la Guardia Costera de Estados Unidos.
Estados Unidos es responsable de una parte significativa de los presupuestos de muchas agencias de la ONU. Para muchas de ellas, especialmente las que dependen de la financiación voluntaria, los recortes en las contribuciones estadounidenses podrían ser bastante dolorosos. Por ejemplo, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, UNRWA, que anteriormente dependía de Estados Unidos para alrededor de un tercio de su presupuesto, dijo que se vería obligada a recortar 250 puestos de trabajo en 2018 después de que la administración Trump detuviera las contribuciones a la agencia. En una carta de septiembre de 2018 , más de treinta senadores estadounidenses advirtieron a la administración que los recortes podrían impedir que 140.000 personas recibieran ayuda alimentaria y que más de 70.000 tuvieran acceso a agua potable, aunque los donantes europeos y del Golfo han ayudado a compensar el déficit.
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La administración Trump suspendió toda la financiación del Fondo de Población de la ONU a partir de 2017; ONUSIDA y la OMS también sufrieron importantes recortes, perdiendo cerca del 30% y el 20% de su financiación estadounidense, respectivamente, en 2018. Y en mayo de 2020, en medio de la pandemia de coronavirus, la administración Trump anunció que Estados Unidos se retiraría por completo de la OMS -una medida que privaría a la agencia de casi 900 millones de dólares bienales- por preocupaciones sobre la influencia china. Sin embargo, algunos expertos legales han argumentado que Trump no tiene autoridad para retirarse del organismo internacional sin la aprobación del Congreso. En respuesta, el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que las contribuciones de Estados Unidos a la salud mundial han sido «inmensas», y que la agencia espera «que esta colaboración continúe».
¿Qué otros recortes a la financiación de la ONU ha propuesto el presidente Trump?
En general, las contribuciones de Estados Unidos se han mantenido estables en los últimos años, pero la administración Trump ha tratado de reducir los pagos a las Naciones Unidas, en particular apuntando a las operaciones de mantenimiento de la paz y varios organismos especializados. En su propuesta de presupuesto para 2021, Trump pretende recortar la ayuda a los esfuerzos de mantenimiento de la paz de la ONU en cerca de 500 millones de dólares; también recortar en 500 millones de dólares la financiación de la cuenta de Contribuciones a Organizaciones Internacionales, que incluye las cuotas a las Naciones Unidas y los fondos para los organismos especializados; y eliminar por completo una cuenta para las contribuciones voluntarias a muchos programas de la ONU.
Aunque el Congreso ha rechazado en gran medida los recortes propuestos, en 2017 acordó aplicar un límite obligatorio a las contribuciones de Estados Unidos al Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz de la ONU (DPKO, por sus siglas en inglés) al que se había renunciado desde 1994. Aun así, no está claro cuántas de las propuestas del presidente sobrevivirán a este proceso presupuestario federal. Al mismo tiempo, China ha estado ampliando sus contribuciones, incluso comprometiéndose con un fondo de mantenimiento de la paz de la ONU de 1.000 millones de dólares durante la próxima década.
En su discurso de 2018 en la Asamblea General de la ONU, Trump dijo: «Estados Unidos se compromete a hacer que las Naciones Unidas sean más efectivas y responsables. . . Solo cuando cada uno de nosotros haga su parte y contribuya con su cuota podremos hacer realidad las más altas aspiraciones de la ONU.»
¿Es este un debate nuevo?
Presidentes y legisladores estadounidenses anteriores han tratado de disminuir los pagos a las Naciones Unidas. A finales de la década de 1990, por ejemplo, el senador Jesse Helms (republicano de Carolina del Norte) lideró un esfuerzo para forzar reformas en las Naciones Unidas mediante la retención de las contribuciones estadounidenses. Estados Unidos estuvo a punto de perder su voto en la Asamblea General mientras se acumulaban millones de dólares en cuotas impagadas. La inestabilidad terminó en 2001 con un compromiso entre el Congreso y las Naciones Unidas. El acuerdo, alcanzado por Helms y el entonces senador Joseph Biden (demócrata), redujo la participación de Estados Unidos en el presupuesto administrativo de la ONU del 25% al 22%.
Nathalie Bussemaker colaboró en este artículo.