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Guías y Consejos Online de Preparación para el SAT / ACT

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Todo el mundo tiene problemas con los deberes a veces, pero si hacer los deberes se ha convertido en un problema crónico para ti, entonces puede que necesites un poco de ayuda extra. Por eso hemos escrito este artículo sobre cómo hacer los deberes. Una vez que hayas terminado de leerlo, sabrás cómo hacer los deberes (¡y tendrás toneladas de nuevas formas de motivarte para hacerlos!)

Hemos dividido este artículo en varias secciones principales. Encontrarás:

  • Un test de diagnóstico para ayudarte a descubrir por qué te cuesta hacer los deberes
  • Un análisis de los cuatro principales problemas de los deberes a los que se enfrentan los estudiantes, junto con consejos de expertos para abordarlos
  • Una sección extra con consejos para hacer los deberes rápidamente
  • Al final de este artículo, estarás preparado para afrontar cualquier tarea que te pongan tus profesores.

    ¡Así que vamos a empezar!

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    Cómo hacer los deberes: Averigua tus dificultades

    A veces parece que todo se interpone entre tú y la realización de tus deberes. Pero la verdad es que la mayoría de las personas sólo tienen uno o dos obstáculos importantes que les impiden hacer los deberes bien y a tiempo.

    La mejor manera de averiguar cómo motivarse para hacer los deberes empieza por identificar los problemas que están afectando a tu capacidad para hacer tus tareas. Por eso hemos desarrollado un breve cuestionario para ayudarte a identificar las áreas en las que tienes dificultades.

    Realiza el siguiente cuestionario y anota tus respuestas en tu teléfono o en un trozo de papel. ¡Ten en cuenta que no hay respuestas incorrectas!

    1. Te acaban de asignar una redacción en tu clase de inglés que debes entregar al final de la semana. ¿Qué es lo primero que haces?

    A. Tenerlo en mente, aunque no lo empieces hasta el día antes de la fecha de entrega
    B. Abre tu agenda. Tienes que pensar cuándo escribirás el trabajo ya que esta semana también tienes ensayo con la banda, un torneo de oratoria y el recital de baile de tu hermana pequeña.
    C. Gruñe en voz alta. ¿Otra redacción? ¡Apenas pudiste escribir la última!
    D. Empezar a pensar en el tema de tu redacción, lo que te hace pensar en tu proyecto de arte que debe presentarse el mismo día, lo que te recuerda que tu artista favorito podría haber publicado en Instagram… así que será mejor que revises tu feed ahora mismo.

    2. Tu madre te ha pedido que recojas tu habitación antes de que llegue a casa del trabajo. Acabas de llegar de la escuela. Decides que vas a abordar tus tareas:

    A. Cinco minutos antes de que tu madre entre por la puerta principal. Mientras se haga, ¿a quién le importa cuándo empiezas?
    B. Tan pronto como llegues a casa después de tu turno en el supermercado local.
    C. Después de darte una charla de ánimo de 15 minutos sobre cómo tienes que llegar al trabajo.
    D. No lo conseguirás. Entre los mensajes de tus amigos, el intento de ver tu programa favorito de Netflix y jugar con tu perro, ¡acabas de perder la noción del tiempo!

    3. Te has apuntado a lavar perros en la Humane Society para ayudar a ganar dinero para tu viaje de fin de curso. Tú:

    A. Apareces diez minutos tarde. Aplazaste la salida de tu casa hasta el último momento y luego te quedaste atrapado en un tráfico inesperado de camino al refugio.
    B. Tener que llamar y cancelar en el último momento. Olvidaste que ya habías acordado cuidar a tu prima y hacer magdalenas para la venta de pasteles de mañana.
    C. Llegar quince minutos antes con cepillos y pañuelos extra que has cogido en la tienda. Te apasionan los animales, así que te entusiasma ayudar. Llegar a tiempo, pero sólo conseguir lavar a tres perros. No pudiste evitarlo: ¡no dejabas de distraerte con lo lindos que eran!

    4. Tienes una hora de tiempo libre, así que decides que vas a ver un episodio de The Great British Baking Show. Tú:

    A. Te desplazas por tus feeds de las redes sociales durante veinte minutos antes de darle al play, lo que significa que no eres capaz de terminar todo el episodio. ¡Uf! ¡De verdad querías ver a quién habían mandado a casa!
    B. Ver quince minutos hasta que recuerdes que tienes que recoger a tu hermana del ensayo de la banda antes de ir a tu trabajo a tiempo parcial. ¡No hay GBBO para ti!
    C. Terminas un episodio y decides ver otro aunque tengas que estudiar la selectividad. Es más divertido ver a la gente haciendo bollos.
    D. Empiezas el episodio, pero sólo captas trozos porque estás leyendo Twitter, limpiando tu mochila y comiendo un bocadillo al mismo tiempo.

    5. Tu profesora te pide que te quedes después de clase porque has faltado a la entrega de dos deberes seguidos. Cuando te pregunta qué te pasa, le dices:

    A. Pensabas hacer los deberes durante la comida, pero se te acabó el tiempo. Decidiste que sería mejor no entregar nada en lugar de presentar un trabajo inacabado.
    B. Realmente querías hacer las tareas, pero entre tus actividades extracurriculares, los compromisos familiares y tu trabajo a tiempo parcial, tus deberes se quedaron sin hacer.
    C. Te cuesta mucho mentalizarte para afrontar las tareas. Parece que no puedes encontrar la motivación para trabajar en ellos una vez que llegas a casa.
    D. Has intentado hacerlas, pero te ha costado concentrarte. Cuando te diste cuenta de que no habías hecho nada, ya era hora de entregarlos.

    Como hemos dicho antes, no hay respuestas correctas o incorrectas en este cuestionario (aunque tus resultados serán mejores si respondes con la mayor sinceridad posible). Así es como se desglosan tus respuestas:

      Si tus respuestas fueron mayoritariamente As, entonces tu mayor problema para hacer los deberes es la procrastinación.

    • Si tus respuestas fueron en su mayoría B, entonces tu mayor lucha al hacer los deberes es la gestión del tiempo.
    • Si tus respuestas fueron mayoritariamente Cs, entonces tu mayor lucha al hacer los deberes es la motivación.
    • Si tus respuestas fueron en su mayoría D, entonces tu mayor lucha al hacer los deberes es distraerte.

    Ahora que has identificado por qué te cuesta hacer los deberes, ¡podemos ayudarte a averiguar cómo solucionarlo! Desplázate hacia abajo para encontrar tu área problemática principal para saber más sobre cómo puedes empezar a abordarla.

    Y una cosa más: si realmente te cuesta hacer los deberes, es buena idea que leas todas las secciones de abajo. Puede que encuentres algunos consejos adicionales que te ayuden a que los deberes sean menos intimidantes.

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    Cómo hacer los deberes cuando eres un procrastinador

    Merriam Webster define «procrastinar» como «posponer intencional y habitualmente». En otras palabras, la procrastinación es cuando eliges hacer algo en el último minuto de forma habitual. Si alguna vez te has encontrado con una noche entera, tratando de terminar una tarea entre períodos, o corriendo para entregar un trabajo minutos antes de una fecha límite, has experimentado los efectos de la procrastinación.

    Si eres un procrastinador crónico, estás en buena compañía. De hecho, un estudio reveló que entre el 70% y el 95% de los estudiantes universitarios procrastinan cuando se trata de hacer sus tareas. Por desgracia, la procrastinación puede afectar negativamente a tus notas. Los investigadores han descubierto que la procrastinación puede bajar tu nota en una tarea hasta en cinco puntos… lo que puede no sonar grave hasta que te das cuenta de que puede significar la diferencia entre un notable y un sobresaliente.

    La procrastinación también puede afectar negativamente a tu salud al aumentar tus niveles de estrés, lo que puede conducir a otras condiciones de salud como el insomnio, un sistema inmunológico debilitado, e incluso condiciones del corazón. Controlar la procrastinación no sólo puede mejorar tus calificaciones, ¡también puede hacerte sentir mejor!

    Lo más importante que hay que entender sobre la procrastinación es que no es el resultado de la pereza. La pereza se define como ser «desganado para la actividad o el esfuerzo». En otras palabras, ser perezoso consiste en no hacer nada. Pero como explica este artículo de Psychology Today, los procrastinadores no posponen las cosas porque no quieran trabajar. En cambio, los procrastinadores tienden a posponer las tareas que no quieren hacer en favor de las que perciben como más importantes o más divertidas. Dicho de otro modo, los procrastinadores quieren hacer cosas… ¡siempre que no sean sus deberes!

    3 consejos para vencer la procrastinación

    Dado que posponer los deberes es un problema común, hay muchas buenas tácticas para abordar la procrastinación. Sigue leyendo para conocer nuestros tres consejos de expertos que harán que tus hábitos de hacer los deberes vuelvan a la normalidad en poco tiempo.

    #1: Crea un sistema de recompensas

    Como hemos mencionado antes, la procrastinación se produce cuando priorizas otras actividades sobre hacer los deberes. Muchas veces, esto sucede porque los deberes… bueno, simplemente no son agradables. Pero puedes volver a añadir algo de diversión al proceso recompensándote por hacer los deberes.

    A esto nos referimos: digamos que decides que cada vez que hagas los deberes antes del día de entrega, te darás un punto. Por cada cinco puntos que ganes, te regalarás tu postre favorito: ¡una magdalena de chocolate! Ahora tienes un incentivo extra (¡delicioso!) para motivarte a dejar de lado la procrastinación.

    Si no te gustan las magdalenas, no te preocupes. Tu recompensa puede ser cualquier cosa que te motive. Tal vez sea salir con tu mejor amigo o diez minutos extra de videojuego. Siempre que elijas algo que haga que merezca la pena hacer los deberes, tendrás éxito.

    #2: Ten un compañero de deberes

    Si tienes problemas para ponerte a hacer los deberes antes de tiempo, puede ser una buena idea pedir refuerzos. Busca un amigo o compañero de clase en el que confíes y explícale que estás intentando cambiar tus hábitos de hacer los deberes. Pregúntales si estarían dispuestos a enviarte un mensaje de texto para asegurarse de que estás haciendo los deberes y a comprobar contigo una vez a la semana si estás cumpliendo tus objetivos antiprocrastinación.

    Compartir tus objetivos puede hacer que se sientan más reales, y un compañero de responsabilidad puede ayudar a hacerte responsable de tus decisiones. Por ejemplo, digamos que tienes la tentación de posponer la redacción de tu laboratorio de ciencias hasta la mañana anterior a su entrega. Pero sabes que tu compañero de responsabilidad te enviará un mensaje de texto mañana… y no quieres confesar que no has empezado la tarea. Un compañero de responsabilidad para los deberes puede darte el apoyo extra y el incentivo que necesitas para mantener tus hábitos de deberes por el buen camino.

    #3: Crea tus propias fechas de entrega

    Si eres un procrastinador de toda la vida, puede que descubras que cambiar el hábito es más difícil de lo que esperabas. En ese caso, ¡puedes intentar utilizar la procrastinación en tu beneficio! Si parece que no puedes dejar de hacer tu trabajo en el último minuto, intenta establecer tus propias fechas de vencimiento para las tareas que van desde un día hasta una semana antes de que la tarea sea realmente entregada.

    Esto es lo que queremos decir. Digamos que tienes una hoja de matemáticas que te han asignado el martes y que debe ser entregada el viernes. En tu agenda, puedes anotar la fecha de entrega como el jueves. Puede que sigas posponiendo los deberes hasta el último minuto… pero en este caso, el «último minuto» es un día antes de la fecha real de entrega de la tarea. ¡Este pequeño truco puede engañar a tu cerebro adicto a la procrastinación para que planifique con antelación!

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    Si te sientes como Kevin Hart en este meme, entonces nuestros consejos para hacer los deberes cuando estás ocupado son para ti.

    Cómo hacer los deberes cuando estás muy ocupado

    Si tu objetivo es ir a una universidad de primer nivel, vas a tener el plato lleno. Dado que las admisiones universitarias son cada vez más competitivas, es importante que mantengas tus notas, estudies mucho para tus exámenes estandarizados y participes en actividades extracurriculares para que tu solicitud destaque. Una agenda repleta puede volverse aún más agitada una vez que añades las obligaciones familiares o un trabajo a tiempo parcial a la mezcla.

    Si te sientes como si estuvieras tirando de un millón de direcciones a la vez, no estás solo. Investigaciones recientes han descubierto que el estrés -y los trastornos más graves relacionados con el estrés, como la ansiedad y la depresión- son un problema importante para los estudiantes de secundaria. De hecho, un estudio de la Asociación Americana de Psicología encontró que durante el año escolar, los niveles de estrés de los estudiantes son más altos que los de los adultos que los rodean.

    Para los estudiantes, los deberes son uno de los principales factores que contribuyen a sus niveles generales de estrés. Muchos estudiantes de secundaria tienen varias horas de deberes cada noche, y averiguar cómo encajarlos en un horario ya repleto puede parecer imposible.

    3 consejos para encajar los deberes en tu ajetreada agenda

    Aunque te parezca que no tienes literalmente nada de tiempo en tu agenda, hay formas de asegurarte de que puedes hacer los deberes y cumplir con tus otros compromisos. Aquí están nuestros consejos de expertos sobre los deberes, incluso para los estudiantes más ocupados.

    #1: Haz una lista de tareas prioritarias

    Probablemente ya tengas una lista de tareas para mantenerte al día. El siguiente paso es priorizar los elementos de tu lista de tareas para que puedas ver qué elementos necesitan tu atención de inmediato.

    Así es como funciona: al principio de cada día, siéntate y haz una lista de todos los elementos que necesitas hacer antes de irte a la cama. Esto incluye tus deberes, pero también debe tener en cuenta las prácticas, las tareas, los eventos o los turnos de trabajo que puedas tener. Una vez que tengas todo en la lista, es el momento de priorizarlos usando las etiquetas A, B y C. Esto es lo que significan esas etiquetas:

    • Tareas A: las tareas que hay que hacer -como presentarse en el trabajo o entregar una tarea- obtienen una A.
    • Tareas B: son tareas que te gustaría hacer al final del día pero que no son tan sensibles al tiempo. Por ejemplo, estudiar para un examen que tienes la semana que viene podría ser una tarea de nivel B. Sigue siendo importante, pero no tiene que hacerse de inmediato.
    • Tareas C: son tareas que no son muy importantes y/o no tienen consecuencias reales si no las haces inmediatamente. Por ejemplo, si quieres limpiar tu armario pero no es una tarea asignada por tus padres, podrías etiquetar ese elemento de tareas con una C.
    • La priorización de tu lista de tareas te ayuda a visualizar qué elementos necesitan tu atención inmediata y qué elementos puedes dejar para más adelante. Una lista de tareas priorizadas garantiza que estás empleando tu tiempo de forma eficiente y eficaz, lo que te ayuda a hacer un hueco en tu agenda para los deberes. Así, aunque tengas muchas ganas de empezar a hacer las decoraciones para el Homecoming (una tarea B), sabrás que es más importante terminar tu registro de lectura (una tarea A).

      #2: Utiliza una agenda con etiquetas de tiempo

      Tu agenda probablemente ya esté llena de notas, eventos y tareas. (Y si no está usando un planificador, ¡es hora de empezar!) Pero los planificadores pueden hacer más por usted que simplemente recordarle cuándo debe entregar una tarea. Si utilizas un planificador con etiquetas de tiempo, puede ayudarte a visualizar cómo tienes que pasar el día.

      Un planificador con etiquetas de tiempo divide tu día en trozos, y asignas tareas a cada trozo de tiempo. Por ejemplo, puedes anotar tu horario de clases con tareas, bloquear el tiempo para estudiar y asegurarte de saber cuándo tienes que estar en el entrenamiento. Una vez que sepas qué tareas tienen prioridad, puedes añadirlas a cualquier espacio vacío de tu día.

      Planificar el uso de tu tiempo no solo te ayuda a utilizarlo de forma inteligente, sino que también puede ayudarte a sentirte menos abrumado. Somos grandes fans de las agendas que incluyen una lista de tareas (como esta) o que tienen espacio para notas (como esta).

      #3: Establece recordatorios en tu teléfono

      Si necesitas un pequeño empujón extra para asegurarte de que estás haciendo tus tareas a tiempo, es una buena idea establecer algunos recordatorios en tu teléfono. Tampoco necesitas una aplicación sofisticada. Puedes utilizar tu aplicación de alarma para que suene en momentos específicos a lo largo del día para recordarte que tienes que hacer los deberes. Esto funciona especialmente bien si tienes una hora fija para hacer los deberes. Así, si has decidido que vas a hacer los deberes a las 18:00, puedes programar una alarma para que te recuerde que tienes que sacar los libros y ponerte a trabajar.

      Si utilizas tu teléfono como planificador, puedes tener la opción de añadir alertas, correos electrónicos o notificaciones a los eventos programados. Muchas aplicaciones de calendario, incluyendo la que viene con tu teléfono, tienen recordatorios incorporados que puedes personalizar para satisfacer tus necesidades. Así, si bloqueas el tiempo para hacer tus deberes de 4:30 a 6:00 pm, puedes establecer un recordatorio que aparecerá en tu teléfono cuando sea el momento de empezar.

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      Este perro no está juzgando tu falta de motivación… pero tu profesor sí. Sigue leyendo para conocer los consejos que te ayudarán a motivarte para hacer los deberes.

      Cómo hacer los deberes cuando estás desmotivado

      A primera vista, puede parecer que procrastinar y estar desmotivado es lo mismo. Al fin y al cabo, ambos problemas suelen provocar que dejes los deberes para el último momento.

      Pero hay una diferencia clave: muchos procrastinadores están trabajando, simplemente están priorizando el trabajo de manera diferente. Saben que van a empezar los deberes… pero los van a hacer más tarde.

      Por el contrario, las personas que están desmotivadas para hacer los deberes simplemente no pueden encontrar la fuerza de voluntad para abordar sus tareas. Los procrastinadores saben que al menos intentarán hacer los deberes en el último momento, mientras que las personas desmotivadas luchan por convencerse de que deben hacerlos. Para los procrastinadores, el estrés proviene de la inevitable falta de tiempo. Para las personas desmotivadas, el estrés proviene de tratar de convencerse de hacer algo que no quieren hacer en primer lugar.

      Aquí hay algunas razones comunes por las que los estudiantes están desmotivados para hacer los deberes:

      • Las tareas son demasiado fáciles, demasiado difíciles, o aparentemente sin sentido
      • Los estudiantes no están interesados en (o apasionados por) la materia
      • Los estudiantes se sienten intimidados por el trabajo y/o sienten que no entienden la tarea
      • Los deberes no son divertidos, y los estudiantes prefieren dedicar su tiempo a cosas que les gusten
      • Para resumir: las personas que carecen de motivación para hacer los deberes son más propensas a no hacerlos, o a pasar más tiempo preocupándose por hacerlos que….bueno, a hacerlos de verdad.

        3 consejos para motivarse a hacer los deberes

        La clave para conseguir hacer los deberes cuando estás desmotivado es averiguar qué es lo que te motiva, y luego aplicar esas cosas a los deberes. Parece complicado… ¡pero es bastante sencillo una vez que le coges el truco! Aquí tienes nuestros tres consejos de experto para motivarte a hacer los deberes.

        #1: Utiliza incentivos incrementales

        Cuando no estás motivado, es importante que te des pequeñas recompensas para mantenerte concentrado en terminar la tarea. El truco es mantener los incentivos pequeños y recompensarse a menudo. Por ejemplo, quizá estés leyendo un buen libro en tu tiempo libre. Por cada diez minutos que dediques a tu tarea, podrás leer cinco páginas de tu libro. Como hemos mencionado antes, ¡asegúrate de que estás eligiendo una recompensa que te sirva!

        Entonces, ¿por qué funciona esta técnica? Utilizar pequeñas recompensas con más frecuencia te permite experimentar pequeñas victorias por conseguir hacer tu trabajo. Cada vez que llegas a uno de tus pequeños puntos de recompensa, consigues celebrar tu éxito, lo que le da a tu cerebro un impulso de dopamina. ¡La dopamina te ayuda a mantener la motivación y también crea una sensación de satisfacción cuando terminas tus tareas!

        #2: Forma un grupo de deberes

        Si tienes problemas para motivarte a ti mismo, está bien recurrir a otros para que te apoyen. Crear un grupo de deberes puede ayudar a ello. Reúne a un grupo de tus amigos o compañeros de clase y elige un momento a la semana en el que os reunáis y trabajéis juntos en los deberes. No es necesario que estéis en la misma clase, ni siquiera que estéis cursando las mismas asignaturas: el objetivo es animaros unos a otros a empezar (¡y terminar!) vuestras tareas.

        Otra ventaja añadida de un grupo de deberes es que podéis ayudaros mutuamente si os cuesta entender el material cubierto en vuestras clases. Esto es especialmente útil si tu falta de motivación se debe a que te sientes intimidado por tus tareas. Pedir ayuda a tus amigos puede resultar menos aterrador que hablar con tu profesor… y una vez que domines el material, tus deberes también pueden resultar menos aterradores.

        #3: Cambia de entorno

        Si ves que estás totalmente desmotivado, puede ayudarte encontrar un nuevo lugar para hacer los deberes. Por ejemplo, si te cuesta hacer los deberes en casa, intenta pasar una hora más en la biblioteca después de clase. El cambio de escenario puede limitar tus distracciones y darte la energía que necesitas para terminar tu trabajo.

        Si estás atascado haciendo los deberes en casa, todavía puedes utilizar este consejo. Por ejemplo, quizá siempre has hecho los deberes sentado en tu cama. Prueba a reubicarla en otro lugar, como la mesa de la cocina, durante unas semanas. Puede que descubras que establecer un nuevo «lugar para hacer los deberes» en tu casa te da un empujón de motivación y te ayuda a terminar tu trabajo.

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        Las redes sociales pueden ser un gran problema a la hora de hacer los deberes. Tenemos consejos para ayudarte a desconectar y volver a concentrarte.

        Cómo hacer los deberes cuando te distraes fácilmente

        Vivimos en un mundo siempre conectado, y hay toneladas de cosas que reclaman nuestra atención. Desde los amigos y la familia hasta la cultura pop y las redes sociales, parece que siempre hay algo (o alguien) que nos distrae de las cosas que tenemos que hacer.

        El mundo 24/7 en el que vivimos ha afectado a nuestra capacidad para concentrarnos en las tareas durante periodos de tiempo prolongados. Las investigaciones han demostrado que, en la última década, la capacidad de atención de una persona media ha pasado de 12 a 8 segundos. Y cuando perdemos la atención, tardamos mucho tiempo en volver a concentrarnos. Un estudio reveló que podemos tardar hasta 23 minutos en volver a trabajar una vez que nos hemos distraído. No es de extrañar que podamos tardar horas en hacer los deberes.

        3 consejos para mejorar tu concentración

        Si te cuesta concentrarte cuando haces los deberes, es una buena idea intentar eliminar todas las distracciones posibles. Aquí tienes tres consejos de expertos para bloquear el ruido y poder concentrarte en hacer los deberes.

        #1: Crea un entorno libre de distracciones

        Elige un lugar en el que vayas a hacer los deberes cada día, y hazlo lo más libre de distracciones posible. Intenta encontrar un lugar en el que no haya toneladas de ruido, y limita tu acceso a las pantallas mientras haces los deberes. Arma una lista de reproducción orientada a la concentración (o elige una en tu servicio de streaming favorito), y ponte los auriculares mientras trabajas.

        Puede que descubras que otras personas, como tus amigos y tu familia, son tu mayor distracción. Si ese es el caso, trata de establecer algunos límites en las tareas. Hazles saber cuándo vas a trabajar en los deberes cada día y pregúntales si te ayudan a mantener un ambiente tranquilo. ¡Estarán encantados de echar una mano!

        #2: Limita su acceso a la tecnología

        Lo sabemos, lo sabemos… este consejo no es divertido, pero funciona. Para los deberes que no requieren un ordenador, como los folletos o las hojas de trabajo, lo mejor es guardar toda la tecnología. Apaga la televisión, guarda el teléfono y el portátil en la mochila y silencia las notificaciones de cualquier tecnología que lleves puesta. Si escuchas música mientras trabajas, está bien… pero asegúrate de que tienes una lista de reproducción configurada para que no estés pasando de una canción a otra una vez que empieces a hacer los deberes.

        Si tus deberes requieren tu portátil o tablet, puede ser más difícil limitar tu acceso a las distracciones. ¡Pero no es imposible! Hay aplicaciones que puedes descargar para bloquear ciertos sitios web mientras trabajas, de modo que no tengas la tentación de desplazarte por Twitter o revisar tu feed de Facebook. Silencia las notificaciones y los mensajes de texto en tu ordenador, y no abras tu cuenta de correo electrónico a menos que sea absolutamente necesario. Y si no necesitas acceder a Internet para completar tus tareas, apaga el WiFi. Cortar la charla en línea es una gran manera de asegurarte de que estás haciendo tus tareas.

        #3: Establece un temporizador (la técnica Pomodoro)

        ¿Has oído hablar de la técnica Pomodoro? Es un truco de productividad que utiliza un temporizador para ayudarte a concentrarte!

        Así es como funciona: primero, pon un temporizador durante 25 minutos. Este será tu tiempo de trabajo. Durante estos 25 minutos, todo lo que puedes hacer es trabajar en cualquier tarea que tengas delante. Nada de correo electrónico, ni mensajes de texto, ni llamadas telefónicas, sólo los deberes. Cuando suene el temporizador, podrás tomarte un descanso de 5 minutos. Cada vez que pasas por uno de estos ciclos, se llama «pomodoro». Por cada cuatro pomodoros que completes, puedes tomar un descanso más largo de 15 a 30 minutos.

        La técnica pomodoro funciona mediante una combinación de fijación de límites y recompensas. En primer lugar, te da una cantidad finita de tiempo para concentrarte, por lo que sabes que sólo tienes que trabajar muy duro durante 25 minutos. Una vez que lo has hecho, te recompensa con un breve descanso en el que puedes hacer lo que quieras. Además, hacer un seguimiento de cuántos pomodoros completas puede ayudarte a ver cuánto tiempo estás trabajando realmente en tus tareas. (Una vez que empieces a utilizar nuestros consejos de concentración, ¡puede que descubras que no te lleva tanto tiempo como pensabas!)

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        Dos consejos extra para hacer los deberes rápidamente

        Incluso si lo estás haciendo todo bien, habrá momentos en los que simplemente necesites hacer los deberes lo más rápido posible. (¿Por qué los profesores siempre tienen que entregar los proyectos en la misma semana? Puede que el mundo nunca lo sepa).

        El problema de acelerar los deberes es que es fácil cometer errores. Aunque entregar una tarea siempre es mejor que no entregar nada, debes asegurarte de que no estás comprometiendo la calidad por la velocidad. En pocas palabras, ¡el objetivo es hacer los deberes rápidamente y seguir sacando una buena nota en la tarea!

        Aquí están nuestros dos consejos extra para obtener una nota decente en tus tareas, incluso cuando estás en un apuro de tiempo.

        #1: Haz primero las partes fáciles

        Esto es especialmente cierto si estás trabajando en una tarea con múltiples preguntas. Antes de empezar a trabajar en la tarea, lee todas las preguntas y problemas. A medida que lo haga, marque las preguntas que considere «fáciles» de responder.

        Una vez que haya terminado de leer toda la tarea, puede responder primero a estas preguntas. Quitarse las preguntas fáciles de encima lo antes posible le permite dedicar más tiempo a las partes más complicadas de la tarea, lo que maximizará la nota de la misma.

        (Nota rápida: esta es también una buena estrategia para usar en tareas y exámenes cronometrados, como el SAT y el ACT).

        #2: Presta atención en clase

        Los deberes son mucho más fáciles cuando estás aprendiendo activamente el material. Los profesores no te ponen deberes porque sean malos o intenten arruinar tu fin de semana… es porque quieren que entiendas realmente el material del curso. Los deberes están diseñados para reforzar lo que ya estás aprendiendo en clase para que estés preparado para abordar conceptos más difíciles más adelante.

        Cuando prestas atención en clase, haces preguntas y tomas buenos apuntes, estás absorbiendo la información que necesitarás para tener éxito en tus tareas. (De todos modos, estás atrapado en clase, ¡así que más vale que la aproveches al máximo!) Prestar atención en clase no sólo hará que tus deberes sean menos confusos, sino que también te ayudará a hacerlos mucho más rápido.

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        ¿Qué sigue?

        Si buscas mejorar tu productividad más allá de los deberes, un buen punto de partida es la gestión del tiempo. Después de todo, sólo tenemos un tiempo en el día… ¡así que es importante aprovecharlo al máximo! Para empezar, echa un vistazo a esta lista de las 12 mejores técnicas de gestión del tiempo que puedes empezar a utilizar hoy mismo.

        Es posible que hayas leído este artículo porque las dificultades con los deberes han estado afectando a tu nota media. Ahora que estás en el camino hacia el éxito de los deberes, es el momento de empezar a ser proactivo para subir tus notas. Este artículo te enseña todo lo que necesitas saber sobre cómo subir tu GPA para que puedas

        Ahora ya sabes cómo motivarte para hacer los deberes… pero ¿qué pasa con tus hábitos de estudio? Estudiar es igual de fundamental para sacar buenas notas y, en definitiva, para entrar en una buena universidad. Podemos enseñarte a estudiar mejor en el instituto. (También tenemos montones de recursos para ayudarte a estudiar para los exámenes ACT y SAT).

        Estas recomendaciones se basan únicamente en nuestro conocimiento y experiencia. Si compras un artículo a través de uno de nuestros enlaces, PrepScholar puede recibir una comisión.

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        Ashley Robinson
        Sobre el autor

        Ashley Sufflé Robinson tiene un Ph.D. en literatura inglesa del siglo XIX. Como escritora de contenidos para PrepScholar, a Ashley le apasiona dar a los estudiantes que van a la universidad la información en profundidad que necesitan para entrar en la escuela de sus sueños.

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