El hueso frontal está formado por dos partes principales. Estas son la parte escamosa, y la parte orbital. La parte escamosa marca la parte vertical, plana, y también la más grande, y la región principal de la frente. La parte orbital es la región horizontal y la segunda más grande del hueso frontal. Entra en la formación de los techos de las cavidades orbital y nasal. A veces se incluye una tercera parte como la parte nasal del hueso frontal, y a veces ésta se incluye con la parte escamosa. La parte nasal se encuentra entre las crestas de las cejas, y termina en una muesca nasal dentada que se articula con los huesos nasales inferiormente, y con los huesos lagrimal y maxilar lateralmente.
BordesEditar
El borde de la parte escamosa es grueso, fuertemente aserrado, biselado a expensas de la tabla interna por arriba, donde se apoya en los huesos parietales, y a expensas de la tabla externa a ambos lados, donde recibe la presión lateral de dichos huesos; este borde se continúa por debajo en una superficie triangular y rugosa, que se articula con el ala mayor del esfenoides. Los bordes posteriores de las placas orbitales son delgados y dentados, y se articulan con las alas pequeñas del esfenoides.
DesarrolloEditar
Se presume que el hueso frontal deriva de células de la cresta neural.
El hueso frontal se osifica en membrana a partir de dos centros primarios, uno para cada mitad, que aparecen hacia el final del segundo mes de vida fetal, uno por encima de cada margen supraorbital. Desde cada uno de estos centros, la osificación se extiende hacia arriba para formar la mitad correspondiente de la escama, y hacia atrás para formar la placa orbital. La columna vertebral se osifica a partir de un par de centros secundarios, a cada lado de la línea media; centros similares aparecen en la parte nasal y en los procesos cigomáticos.
Al nacer, el hueso consta de dos piezas, separadas por la sutura frontal, que suele ser obliterada por la osificación intramembranosa, excepto en su parte inferior, hacia el octavo año, pero que ocasionalmente persiste durante toda la vida. En general, se sostiene que el desarrollo de los senos frontales comienza al final del primer año o al principio del segundo, pero puede comenzar en el nacimiento. Los senos tienen un tamaño considerable hacia el séptimo u octavo año, pero no alcanzan sus proporciones completas hasta después de la pubertad.