Iglesia maronita
Iglesia maronita, Nazaret, Israel.
Algunos historiadores han sugerido que los maronitas fueron en su día monotelitas, seguidores de una doctrina heterodoxa que afirmaba que en Cristo había una voluntad divina pero no humana. Los maronitas, sin embargo, afirman que siempre fueron cristianos ortodoxos en unión con la sede romana, señalando la falta de pruebas de que la iglesia maronita haya afirmado alguna vez esta enseñanza. Sea como fuere, la historia de los maronitas permanece oscura hasta el periodo de las Cruzadas, y la comunidad aislada no había estado en contacto con Roma antes de la llegada de los cruzados. Según el obispo medieval Guillermo de Tiro, el patriarca maronita buscó la unión con el patriarca latino de Antioquía en 1182. Sin embargo, la consolidación definitiva de la unión no se produjo hasta el siglo XVI, en gran parte gracias a la labor del jesuita Juan Eliano. En 1584, el Papa Gregorio XIII fundó el Colegio Maronita en Roma, que floreció bajo la administración de los jesuitas hasta el siglo XX y se convirtió en un centro de formación de eruditos y líderes.
Los maronitas, duros y marciales montañeses, preservaron valientemente su libertad y sus costumbres. El califato musulmán (632-1258) no pudo absorberlos y dos califas de la dinastía omeya (661-750) les pagaron tributo. Bajo el dominio de los turcos otomanos, los maronitas mantuvieron su religión y sus costumbres bajo la protección de Francia, en gran parte debido a su aislamiento geográfico. Sin embargo, en el siglo XIX, el gobierno otomano incitó a un pueblo montañoso vecino del Líbano, los drusos, contra los maronitas, política que culminó con la gran masacre maronita de 1860. A raíz de este incidente, los maronitas consiguieron una autonomía formal dentro del Imperio Otomano bajo un gobernante cristiano no nativo. En 1920, tras la disolución del Imperio Otomano, los maronitas del Líbano se autogobernaron bajo la protección de Francia. Desde el establecimiento de un Líbano totalmente independiente en 1943, constituyen uno de los principales grupos religiosos del país. El gobierno está dirigido por una coalición de partidos cristianos, musulmanes y drusos, pero el presidente es siempre maronita (véase Pacto Nacional Libanés).
El jefe espiritual inmediato de la iglesia maronita después del Papa es el «patriarca de Antioquía y de todo Oriente», que reside en Bikirkī, cerca de Beirut. La iglesia conserva la antigua liturgia siria occidental, a menudo pronunciada en siríaco, aunque la lengua vernácula de los maronitas modernos es el árabe. El contacto con Roma ha sido estrecho y cordial, pero no fue hasta después del Concilio Vaticano II cuando los maronitas se libraron de los esfuerzos papales por latinizar su rito. Los jesuitas franceses dirigieron la Universidad de San José, en Beirut.
Patriarca Bechara al-Rai
Patriarca maronita Bechara al-Rai rezando poco después de su elección en Bikirkī, al noreste de Beirut, Líbano, el 15 de marzo de 2011.
Bilal Hussein/AP
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Los maronitas también se encuentran en el sur de Europa y en América del Norte y del Sur, habiendo emigrado bajo la presión de la inestabilidad económica y los períodos de violencia desde finales del siglo XIX. Los emigrados mantienen su propia liturgia y tienen su propio clero, algunos de los cuales están casados.