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Ilegitimidad

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Ilegitimidad, estado de los hijos engendrados y nacidos fuera del matrimonio. Muchos estatutos establecen, o se interpretan en el sentido de que, por lo general, un niño nacido bajo un matrimonio nulo no es ilegítimo si sus padres creían claramente que estaban legalmente casados. Del mismo modo, la anulación de un matrimonio no suele ilegitimar a los hijos.

La tendencia histórica de las leyes de legitimidad ha sido hacia un tratamiento más humano de los hijos ilegítimos. En las primeras legislaciones romana, española e inglesa, los derechos de sucesión de estos hijos estaban limitados. Durante la Edad Media, los países europeos consideraban a los hijos ilegítimos como virtuales proscritos.

Los juicios de legitimidad suelen referirse a la herencia de un hijo o a la obtención de pagos de manutención de un padre que se niega a reconocer su paternidad. Por lo general, la legitimidad se presume a menos que se contradiga claramente. Las pruebas de que la madre tiene una reputación dudosa son insuficientes para demostrar la falta de paternidad.

Los padres naturales suelen recibir la custodia de sus hijos ilegítimos, teniendo la madre prioridad. Antiguamente, los padres de los hijos ilegítimos no tenían obligación de mantenerlos, pero muchos estatutos han modificado esto. El marido de la madre no suele tener la obligación de dar la manutención, a no ser que el matrimonio haya sido posterior al nacimiento del hijo.

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El estatus de un hijo ilegítimo puede cambiarse mediante una acción legal llamada legitimación, que le otorga todos los derechos de los hijos legítimos, excepto que los bienes o el dinero ya entregados a un hijo naturalmente legítimo no pueden transferirse a un legitimado que, de otro modo, habría tenido derecho a parte de ellos. En algunos lugares, la legitimación se produce automáticamente si los padres se casan posteriormente, si la madre se casa con otra persona o si el padre reconoce y mantiene públicamente al hijo. Muchos estatutos autorizan la declaración judicial de la legitimidad del hijo. La tendencia moderna es muy favorable a la legitimación.

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