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cocodrilo, caimán, animales Como reptiles, los caimanes son de sangre fría y necesitan el calor de su entorno para calentarse. Afortunadamente, los caimanes se encuentran en hábitats tropicales y subtropicales, por lo que no es raro que experimenten temperaturas bajo cero. Sin embargo, los patrones climáticos de los últimos años se han desviado y, ocasionalmente, una ola de frío golpea una región normalmente templada. Cuando esto sucede, los caimanes tienen que recurrir a un plan B poco conocido llamado «brumación».

Aunque es fácil llamar a la brumación un tipo de hibernación, los dos procesos son diferentes. La hibernación es un proceso en el que algunos mamíferos, como los osos y las marmotas, entran en un estado de letargo o inactividad durante un largo periodo de tiempo, normalmente todo el invierno, con sólo breves momentos de vigilia y actividad. La hibernación se desencadena en estos animales por una combinación de temperaturas externas frías y la disminución de la luz solar. La brumación es un proceso en el que los reptiles de sangre fría, como las serpientes, los lagartos y los caimanes, ralentizan su ritmo cardíaco y su metabolismo cuando hace frío. La brumación no es un verdadero estado de hibernación, sino más bien un estado de inactividad y pereza que dura hasta que la temperatura se calienta.

Los biólogos pudieron presenciar recientemente la brumación en caimanes en persona. Hace unas semanas, las temperaturas en Ocean Isle Beach, Carolina del Norte, descendieron por debajo del punto de congelación, algo inusual en esta zona. El administrador del parque observó a 18 caimanes de un santuario de animales de 65 acres llamado The Swamp Park en estado inmóvil, con sus hocicos sobresaliendo del agua congelada. Los caimanes parecen saber que las temperaturas están bajando hasta el punto de congelación y que necesitan tomar ciertas medidas para sobrevivir. Los reptiles se sumergen en el agua con sólo el hocico por encima de la superficie, lo que les proporciona el aire que necesitan para capear la ola de frío. Otros caimanes del santuario pueden haber pasado su tiempo de brumación bajo el agua. Los caimanes pueden sobrevivir más de 24 horas bajo el agua.

En un sentido muy real, estos caimanes se dejan congelar, confiando en que pronto volverán a la normalidad. Su ritmo cardíaco, su respiración, su digestión y su metabolismo se ralentizan drásticamente mientras los caimanes esperan temperaturas más cálidas. Cuando las temperaturas en la región se calientan, los caimanes salen del estado de brumación. No muestran ningún efecto negativo de su estancia en el agua helada, aunque algunos investigadores afirman que la brumación prolongada puede tener un impacto negativo en los animales.

Los dieciocho caimanes de Ocean Isle Beach no tuvieron que esperar demasiado para salir de su brumación. Las temperaturas de la zona se calentaron lo suficiente al cabo de unos días para que el ritmo cardíaco, el metabolismo y la actividad de los caimanes volvieran a su funcionamiento normal. La ola de frío y la brumación permitieron a los científicos e investigadores ser testigos de esta singular adaptación a la supervivencia.

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