Io era la princesa de Argos, de la que Zeus se enamoró. Para intentar que Hera no se diera cuenta, cubrió el mundo con un grueso manto de nubes. Sin embargo, en cuanto Hera lo vio, sospechó inmediatamente. Bajó del monte Olimpo y comenzó a dispersar las nubes. Zeus pensó rápidamente y cambió la forma de Io por la de una hermosa doncella; así, cuando las nubes se dispersaron, Hera encontró a Zeus de pie junto a una novilla blanca. Entonces juró que nunca había visto a la vaca y que acababa de surgir de la tierra. Al ver esto, Hera fingió que la vaca le gustaba tanto que quería tenerla como regalo. Como rechazar una petición tan razonable habría delatado todo el asunto, Zeus le regaló la vaca. Ella envió la vaca y dispuso que Argus Panoptes la vigilara. Como Argus tenía cien ojos y podía hacer que algunos durmieran mientras mantenía a otros despiertos, era un buen vigilante.
Desesperado, Zeus envió a Hermes a buscar a Io. Disfrazado de pastor, Hermes tuvo que emplear toda su habilidad como músico y narrador para ganarse la confianza de Argus y adormecerlo. Una vez dormido, Hermes mató a Argo; más tarde, Hera tomó sus ojos y los puso en la cola de su ave favorita, el pavo real. Mientras Io estaba libre, Hera envió a la madre de todos los tábanos a picar a la todavía bovina Io. El fantasma de Argus también la persiguió. Esto la empujó a la locura y en sus esfuerzos por escapar, vagó por el mundo. Durante sus viajes, se encontró con Prometeo mientras estaba encadenada, quien le dio esperanza. Le predijo que, aunque tendría que vagar durante muchos años, acabaría recuperando su forma humana y tendría un hijo. Predijo que un descendiente de este niño sería un gran héroe y lo liberaría; sus predicciones se hicieron realidad. Debido a sus viajes, muchos accidentes geográficos recibieron su nombre, como el Mar Jónico y el Bósforo (que significa vado de la vaca). Finalmente llegó al Nilo, donde Zeus le devolvió su forma humana. Dio a luz a Epafus y once generaciones después, su descendiente Heracles liberaría a Prometeo.
Ver también: Zeus, Hera, Prometeo, Heracles