Las dosis acumuladas elevadas de zolpidem se asocian con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer (EA) en pacientes de edad avanzada, según un estudio retrospectivo publicado en el Journal of the American Geriatric Society.
En este estudio de cohorte retrospectivo, los investigadores evaluaron a pacientes de 65 años o más (n=6922) que nunca habían recibido un diagnóstico de EA. Tras el emparejamiento por puntuación de propensión, los investigadores identificaron a los sujetos que tomaban zolpidem (n=3461) frente a los sujetos que no tomaban la medicación (n=3461).
Aproximadamente el 71% de los pacientes que tomaban zolpidem lo hicieron por debajo de 90 dosis diarias definidas acumuladas (cDDD) a lo largo del primer año después de la fecha índice (35,2%, <28 cDDD y 35,8%, 28-90 cDDD).
Un porcentaje menor (16%) de los pacientes que tomaban zolpidem se encontraban en el rango de dosis acumulada alta de >180 cDDD. En los pacientes del grupo de dosis acumulativa alta en el primer año de tratamiento, hubo un mayor riesgo de EA en comparación con los sujetos que no tomaban zolpidem (HR 2,97; IC del 95%, 1,61-5.49) o los pacientes que estaban en el grupo de dosis acumulativas bajas (<28 cDDD; HR 4,18; 95% CI, 1,77-9,86).
A los 6 años de seguimiento, un total de 75 pacientes recibieron un diagnóstico de EA. De ellos, el 1,2% (n=43) eran usuarios de zolpidem y el 0,9% (n=32) no lo eran. La incidencia de EA fue del 0,7% en el grupo de <28 cDDD, del 1,2% en el grupo que recibió 28-90 cDDD, del 1,1% en el grupo de 91-180 cDDD y del 2,7% en el grupo que recibió >180 cDDD de zolpidem.
Los investigadores señalaron que los historiales médicos de los pacientes, los datos neurológicos y los datos de los biomarcadores no estaban disponibles al inicio del estudio, lo que supone una posible limitación de los resultados del estudio. Además, la base de datos utilizada para este estudio retrospectivo no proporcionó datos sobre el estilo de vida de los sujetos, el nivel socioeconómico o el nivel de actividad física, todos ellos potencialmente asociados a la progresión de la EA.
Además de recomendar precaución a la hora de recetar zolpidem a los pacientes de edad avanzada, los investigadores sugieren que los profesionales sanitarios también deberían reducir la dependencia actual de la medicación a través de «una intervención no farmacológica, como la terapia cognitiva conductual, que puede considerarse para los pacientes de edad avanzada que utilizan zolpidem».