Coughlin y Long
Uno de los críticos de Roosevelt que más se hizo oír fue el padre Charles Coughlin, un sacerdote católico de Michigan que empezó a emitir un programa de radio semanal en el que criticaba abiertamente el New Deal. En pocos años, Coughlin había acumulado 40 millones de seguidores que estaban de acuerdo con sus opiniones contra el New Deal. Culpó de la Gran Depresión a Wall Street, a los financieros corruptos y a los judíos, e hizo campaña a favor de la nacionalización de todo el sistema bancario estadounidense.
El senador Huey P. Long, de Luisiana, fue otra de las principales espinas en el costado de Roosevelt, aunque desde la izquierda y no desde la derecha. Long estaba entre los que creían que el New Deal no estaba haciendo lo suficiente para ayudar a los estadounidenses. Creyendo que la desigualdad de ingresos había provocado la depresión, promovió su propio programa «Share the Wealth» (a veces denominado «EveryMan a King»), que impondría enormes impuestos a los ricos para que todas las familias estadounidenses pudieran ganar al menos 5.000 dólares al año. Long gozó de una enorme popularidad durante los primeros años del primer mandato de Roosevelt, pero fue asesinado en 1935.
La Administración del Progreso de las Obras
La primera legislación importante que Roosevelt y el Congreso aprobaron en el Segundo Nuevo Trato -en respuesta a las críticas- fue la Administración del Progreso de las Obras (WPA). Creada en 1935, la WPA fue un esfuerzo por apaciguar a los «longistas» que reclamaban una ayuda más directa del gobierno federal. La WPA era similar a la Administración de Obras Públicas del Primer New Deal, esta vez contratando a casi 10 millones de estadounidenses para construir nuevos edificios públicos, carreteras y puentes.