En 1920, esta recién casada vivía en New Brunswick, Nueva Jersey, con su marido Earle, y aunque la vida de casada le gustaba, las tareas domésticas no. No es que no lo intentara. Cuando Earle volvía a casa de su trabajo como comprador de algodón en Johnson & Johnson, Josephine siempre tenía la cena en la mesa. Por desgracia, también tenía varios cortes o quemaduras en los dedos. Sin una venda adhesiva, Josephine no tenía una forma fácil de vendar sus propios cortes. Earle tenía que cortar trozos de cinta adhesiva y gasas de algodón y hacer un vendaje para cada herida. Esto sucedía día tras día, y día tras día Josephine necesitaba más vendas. Estaban en un verdadero aprieto. Finalmente, tras varias semanas de accidentes en la cocina, Earle dio con una idea. (Por suerte para Johnson & Johnson, su idea no era salir a contratar un cocinero). No, Earle se sentó y preparó unas vendas ya hechas colocando cuadrados de gasa de algodón a intervalos a lo largo de una tira adhesiva y cubriéndolos con crinolina. Ahora todo lo que tenía que hacer Josephine era cortar un trozo de la tira y envolverlo sobre su corte. En cierto modo, fue una madre la responsable de la invención de la venda adhesiva de la marca BAND-AID®.
Earle no tardó en contarle a su jefe en el trabajo su nuevo invento y pronto se empezaron a producir y vender las primeras vendas adhesivas bajo la mundialmente famosa marca BAND-AID®. Earle acabó siendo recompensado con un puesto de vicepresidente en la empresa, donde permaneció hasta su jubilación. En cuanto a Josephine, la historia no registra si llegó a dominar el arte de la cocina sin accidentes. Pero sí sabemos que tenía muchas vendas adhesivas de la marca BAND-AID® por si acaso. Puede que Earle Dickson no se diera cuenta del producto tan vanguardista que estaba inventando, pero lo cierto es que se quedó.