El laurel de montaña de Texas tiene un ritmo de crecimiento lento. Compre un ejemplar de 15 galones en un vivero para disfrutar de su belleza inmediata. Trasplántalo en primavera u otoño. Al laurel de montaña de Texas le gustan los suelos rocosos, pero tolera la plantación en o cerca del césped, siempre que el suelo sea profundo y drene bien. Aunque puede sobrevivir con las lluvias anuales, en el centro y el sur de Arizona suele ser necesario un riego suplementario. Funciona mejor cuando se planta en lugares a pleno sol y con riegos profundos y regulares. El laurel de montaña de Texas recién plantado necesita ser regado cada 3-4 días durante las primeras semanas. Después, riegue cada 4-7 días durante el primer año. Riegue las plantas establecidas cada semana en verano, cada 2-3 semanas en primavera y una vez al mes en otoño e invierno. Entrene el laurel de montaña de Texas para que se convierta en un árbol pequeño esquilando continuamente las ramas de bajo crecimiento y elevando la corona durante la temporada de crecimiento. Si se poda en exceso, tarda en recuperarse. El laurel de montaña de Texas no suele ser susceptible a las enfermedades. Una plaga de la que hay que preocuparse es la oruga genista que se alimenta de sus hojas, del crecimiento de las ramitas jóvenes y de las vainas de las semillas inmaduras. Los árboles jóvenes de laurel de montaña de Texas deben ser revisados con frecuencia para detectar infestaciones de orugas. Elimine las orugas a mano o con un chorro de agua de una manguera de jardín. Las infestaciones graves de orugas genistas pueden tratarse con Bacillus thuringiensis (Bt), un insecticida bacteriano que sólo mata a las orugas.