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Ligonier Ministries La hermandad de enseñanza de R.C. Sproul

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El Credo de los Apóstoles se utiliza como una forma integral de adoración en muchos cuerpos cristianos. Una de las declaraciones más desconcertantes de ese credo es: descendió a los infiernos.

En primer lugar, tenemos que mirar el credo desde una perspectiva histórica. Sabemos que el Credo de los Apóstoles no fue escrito por los apóstoles, pero se llama Credo de los Apóstoles porque fue el intento de la comunidad cristiana primitiva de dar un resumen de la enseñanza apostólica. Este, al igual que otros credos en la historia de la iglesia, fue en parte una respuesta a las enseñanzas distorsionadas que estaban presentes en algunas comunidades; fue una declaración de creencia ortodoxa. La primera referencia que podemos encontrar a ese elemento de «descenso a los infiernos» del Credo es alrededor de la mitad del siglo III. Eso no significa que no estuviera en el original -no sabemos cuándo se escribió el original-, pero parece ser un añadido posterior y ha causado no poca controversia desde entonces. El motivo es tanto teológico como bíblico.

Vemos este problema: Jesús, cuando está en la cruz en su agonía, le habla al ladrón que está a su lado y le asegura que «hoy estarás conmigo en el paraíso». Ahora bien, esa declaración de Jesús en la cruz parecería indicar que Jesús pensaba ir al paraíso, que no debe confundirse con el infierno. Así que en cierto sentido Jesús va al paraíso. Sabemos que su cuerpo va a la tumba. Su alma aparentemente está en el paraíso. ¿Cuándo va al infierno? ¿O va al infierno?

En 1 Pedro 3:19, Pedro habla de «este Jesús, que por el mismo espíritu por el que ha resucitado de entre los muertos va y predica a los espíritus perdidos en la cárcel». Ese texto ha sido utilizado como el principal texto de prueba para decir que Jesús, en algún momento después de su muerte, generalmente se cree que entre su muerte y su resurrección, fue al infierno. Algunos dicen que fue al infierno para experimentar la plenitud de la magnitud del sufrimiento -la pena completa por el pecado humano- para dar una expiación completa por el pecado. Eso es considerado por algunos como un elemento necesario de la pasión de Cristo.

Pero la mayoría de las iglesias que creen en un descenso real de Jesús al infierno no lo ven yendo al infierno para un mayor sufrimiento porque Jesús declara en la cruz: «Está consumado». Más bien, va al infierno para liberar a los espíritus que, desde la antigüedad, han sido encarcelados. Su tarea en el infierno es entonces de triunfo, liberando a los santos del Antiguo Testamento. Personalmente, creo que la Biblia no es muy clara en este punto, porque los espíritus perdidos en la cárcel podrían muy bien referirse a personas perdidas en este mundo. Pedro no nos dice quiénes son los espíritus perdidos en la cárcel ni dónde está la cárcel. La gente está haciendo muchas suposiciones cuando considera que esto es una referencia al infierno y que Jesús fue allí entre su muerte y su resurrección.

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