Aunque los antibióticos pueden ayudar a eliminar una infección dental, es importante utilizar el antibiótico adecuado en cada situación.
El tipo de antibiótico que recomiende un dentista variará en función de la bacteria que cause la infección. Esto se debe a que los distintos antibióticos actúan de forma diferente para eliminar las distintas cepas de bacterias.
Como señala un estudio del Dentistry Journal, hay más de 150 cepas diferentes de bacterias que se dan en la boca. Muchas de estas bacterias tienen el potencial de crecer y causar una infección.
El tratamiento puede cambiar dependiendo de la bacteria que causa la infección, aunque la mayor parte del tiempo, los dentistas simplemente recomiendan un antibiótico que funciona contra muchos tipos.
Clase de penicilina
Los medicamentos de tipo penicilina son formas comunes de antibióticos para las infecciones dentales. Esto incluye la penicilina y la amoxicilina. Algunos dentistas también pueden recomendar amoxicilina con ácido clavulánico, ya que la combinación puede ayudar a eliminar las bacterias más resistentes.
Las dosis típicas de amoxicilina para una infección dental son 500 miligramos (mg) cada 8 horas o 1.000 mg cada 12 horas.
Las dosis típicas de amoxicilina con ácido clavulánico son de unos 500-2.000 mg cada 8 horas o 2.000 mg cada 12 horas, dependiendo de la dosis mínima efectiva.
Sin embargo, algunas bacterias pueden resistir estos fármacos, haciéndolos menos efectivos. De hecho, muchos médicos eligen ahora otros antibióticos como primera línea de tratamiento.
Además, algunas personas son alérgicas a estos medicamentos. Cualquiera que haya tenido una reacción alérgica a medicamentos similares debe decírselo a su dentista antes de recibir su recomendación de tratamiento.
Clindamicina
La clindamicina es eficaz contra una amplia gama de bacterias infecciosas. Tal y como señala un estudio publicado en la revista International Dental Journal, algunos investigadores recomiendan la clindamicina como el fármaco de elección para tratar las infecciones dentales, ya que es menos probable que las bacterias se resistan a este fármaco que a los de tipo penicilina.
Una dosis típica de clindamicina es de 300 mg o 600 mg cada 8 horas, dependiendo de la dosis que resulte eficaz.
Azitromicina
La azitromicina actúa contra una amplia variedad de bacterias, trabajando para detener su crecimiento. Puede ser eficaz en el tratamiento de algunas infecciones dentales, aunque los dentistas sólo la recomiendan a las personas que son alérgicas a los fármacos del tipo de la penicilina o que no responden a ellos o a otros fármacos como la clindamicina.
La dosis típica de azitromicina es de 500 mg cada 24 horas durante 3 días consecutivos.
Metronidazol
El metronidazol es un antibiótico que los médicos y dentistas utilizan para tratar una serie de infecciones. Sin embargo, puede no ser adecuado para todo el mundo y no suele ser la primera opción de tratamiento.
La dosis de metronidazol es de unos 500-750 mg cada 8 horas.