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Una mascota puede ser un gran amigo. Incluso si tienes un mal día, si no te sientes popular o si tienes problemas en la escuela, tu mascota te quiere. Sin ataduras. Millones de familias en todo el mundo tienen mascotas, lo que significa que cada día alguien pasa por la angustia de perder a un amigo animal.
Ya sea por vejez, enfermedad o accidente, los animales -como las personas- morirán alguna vez. Los veterinarios pueden hacer cosas maravillosas por las mascotas. Pero a veces toda la habilidad médica del mundo no puede salvar a un animal. Y si una mascota sufre mucho dolor y nunca mejorará, el veterinario puede tener que sacrificarla. Esto se conoce como eutanasia. El veterinario aplica al animal una inyección que primero lo duerme y luego hace que el corazón deje de latir. La eutanasia permite que las mascotas mueran en paz, sin dolor ni miedo. Pero decidir ayudar a morir a una mascota sigue siendo algo difícil.
Cómo afrontar la muerte de una mascota
Las emociones pueden ser bastante complicadas cuando una mascota muere. Probablemente esperes sentirte triste, pero también puedes tener otras emociones. Por ejemplo, puede sentirse enfadado si sus amigos no parecen darse cuenta de lo mucho que significa para usted la pérdida de su mascota. O quizás te sientas culpable por no haber pasado más tiempo con tu mascota antes de que muriera. Es natural sentir una serie de emociones cuando muere una mascota.
Si eres como mucha gente, puede que alguien te haya dicho: «Lo siento, pero sólo era un animal». Entonces, ¿es normal que te alteres por la muerte de una mascota? Sin duda. Al fin y al cabo, cuando llegamos a la adolescencia, muchos de nosotros hemos crecido con nuestras mascotas, y son parte de la familia. Al igual que la pérdida de un miembro de la familia, cuando una mascota muere la gente puede pasar por un periodo de duelo.
Tratando el duelo
El duelo puede manifestarse de muchas maneras. Algunas personas lloran mucho. Para otras, la muerte puede tardar en asimilarse. Algunas personas pierden temporalmente el interés por las cosas que les gustan hacer o quieren pasar un tiempo tranquilo a solas. Otras querrán mantenerse ocupadas para no pensar en la pérdida. También es natural tener ganas de evitar las situaciones que implicaban a su mascota, como el parque donde solía pasear a su perro o el sendero donde montaba a caballo.
Para muchas personas, la pérdida de una mascota puede ser su primera experiencia con la muerte. Reconocer y ordenar los sentimientos puede ser de gran ayuda. Hablar de una pérdida es una de las mejores formas de afrontarla, por eso la gente se reúne después de un funeral y comparte recuerdos o historias sobre la persona que ha muerto. Reconocer su dolor hablando de ello con amigos y familiares puede ayudarle a empezar a sentirse mejor.
Hay otras formas de expresar sus sentimientos y pensamientos. Registrarlos en un diario es útil para muchas personas, al igual que llevar un álbum de recortes. También puede escribir sobre su mascota en un cuento o un poema, hacer un dibujo o componer música. O planificar un funeral o servicio conmemorativo para su mascota. Algunas personas optan por hacer una donación en memoria de su mascota a un refugio de animales o incluso ser voluntarios allí. Todas estas ideas pueden ayudarte a aferrarte a los buenos y felices recuerdos.
Todo el mundo tiene que lidiar con el duelo en algún momento, y la mayoría de la gente lo supera con el tiempo. Pero si estás bajo estrés o tratando de lidiar con otros problemas graves al mismo tiempo, el duelo puede sentirse abrumador. Si tu tristeza es intensa o crees que estás afectado por algo más que la muerte de tu mascota, puede ser una buena idea hablar con un consejero o terapeuta profesional para que te ayude a resolverlo todo. Es normal que una muerte suscite preguntas sobre nuestra propia vida, pero también puedes querer hablar con alguien si te encuentras centrado en la muerte mucho tiempo.
Nunca olvidarás a tu mascota. Pero con el tiempo los sentimientos dolorosos se aliviarán. Y cuando llegue el momento, puede que incluso se encuentre preparado para abrir su casa a una nueva mascota que necesite una familia cariñosa.