A. A pesar de lo duro que puede ser para los padres primerizos que sólo quieren unos minutos para ellos, lo cierto es que los bebés muy pequeños suelen preferir que se les coja en brazos a cualquier otra posición. Esto tiene sentido desde un punto de vista evolutivo: permanecer cerca de su fuente de alimento y protección es, en realidad, bastante inteligente.
Cuando abraza a su hijo, éste siente el calor de su cuerpo y oye los latidos de su corazón, un sonido que le resulta familiar desde el interior del útero. Huele tu aroma. Y cuando le abrazas, se siente seguro; le recuerda los viejos tiempos dentro de tu vientre. Además, cuanto más cerca esté, más probable será que reciba tus caricias y besos.
Pero, ¿qué puedes hacer para conseguir los descansos que necesitas? Algunos padres consideran que un portabebés o un fular es un buen compromiso. Te permiten llevar al bebé contigo mientras haces cosas en casa. Mi hija era muy parecida a tu hijo, y recuerdo que me maravillaba el hecho de que, aunque yo me movía de un lado a otro mientras descargaba el lavavajillas, ella no hacía ni pío en el portabebés. También es el momento de llamar a algunas de esas personas que se ofrecieron a ayudar con el bebé -amigos, familiares, vecinos o una doula posparto- para que se acerquen durante una o dos horas y sostengan a tu hijo mientras te duchas, devuelves el correo electrónico, haces recados o simplemente te echas una muy necesaria siesta.
Como tu hijo duerme contigo por la noche, probablemente esté bastante acostumbrado a dormirse junto a otro cuerpo caliente. Así que, en lo que respecta a su siesta, puedes dejar que se duerma en el portabebés, o puedes ayudarle a que empiece a aprender a dormir solo. Prueba a envolverle, para imitar la sensación de estar abrazado, y luego acuéstale. Quédate con él y mécelo, cántale o acaríciale la cara o la mano hasta que se calme. Los bebés de tan corta edad no tienen aún la capacidad de calmarse por sí mismos, así que es importante no dejarle «llorar»
Tardará tiempo en aprender a dormirse por sí mismo; es una habilidad que pasará la mayor parte de sus primeros 6 meses (hasta un año) dominando. Así que ten paciencia, busca ayuda cuando la necesites y, aunque fantasees con 30 minutos enteros a solas, recuerda que estos primeros días y meses pasan volando muy rápido. Antes de que te des cuenta, tu hijo aprenderá a gatear y a andar, ¡y tú correrás para alcanzarlo!