El oboe, un instrumento de doble caña de la familia de los vientos de madera, apareció en Francia en el siglo XVII como un avance de un instrumento mucho más antiguo, la chirimía. El nombre francés, «hautbois», se utilizó también en inglés hasta finales del siglo XVIII.
El oboe cobró importancia durante la época barroca. Johann Sebastian Bach, George Frideric Handel, Antonio Lucio Vivaldi y Tomaso Albinoni, entre otros, escribieron importantes obras solistas y orquestales para este instrumento. Entre los fabricantes de oboes más destacados de la época se encuentran los alemanes Jacob Denner y Johann Heinrich Eichentopf, y los ingleses Thomas Stanesby Sr. y Jr.
El instrumento ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de los años, y ha existido en diversas variaciones. En el siglo XVIII, por ejemplo, el oboe d’amore era popular entre muchos compositores, incluido Bach, porque se consideraba que tenía un tono bellamente sereno.
El oboe, al igual que otros instrumentos, se siguió desarrollando según las líneas estándar a medida que llegaba la era moderna. El movimiento en la interpretación históricamente informada ha reavivado el interés por las formas históricas del oboe.